jueves, 5 de diciembre de 2024

Kai Hansen mantiene viva la señal de Gamma Ray

 Al igual que la comida y bebida tienen su denominación de origen, en la música existen también las etiquetas. Si el grupo alemán Helloween es considerado como el creador del 'power metal', el músico Kai Hansen podría ser considerado el padrino de este estilo musical que mezcla la potencia del heavy con velocidad y melodía. Este guitarrista y vocalista de Hamburgo fundó junto a Michael Weikath en 1984 la banda Helloween, con la que todavía participa pese a las idas y venidas.

Y es que Kai Hansen estuvo un tiempo fuera del grupo de las calabazas, demasiado tiempo, desde 1990. En esas décadas creó otra formación, Gamma Ray, con la que también cosechaba éxitos, paralelamente a los de Helloween, su otra creación. Pese al distanciamiento inicial, las posteriores giras conjuntas de Helloween y Gamma Ray denominadas Hellish Rock Tour, de 2007 y 2013, dibujaban en el horizonte una hipotética reunión.

Como si fuera una telenovela turca, solo que en este caso protagonizado por melenudos germanos, Hansen oficializaba en 2016 su vuelta a los orígenes de la mano del cantante Michael Kiske, tras resolver desavenencias. El regreso de ambos ha coincidido con una segunda juventud en Helloween, plasmado en el disco homónimo y el tour con todos los miembros, agotando entradas y calificativos positivos a partes iguales. Y no es algo habitual, porque en la vida y en la música, la frescura asoma en la juventud y luego se va evaporando, como un perfume caro al que se le va escapando la fragancia.

Lejos de aparcar su otro proyecto, su otro ojito, Gamma Ray ha continuado funcionando, con la misma energía de siempre de la mano y voz de Hansen. 

Gamma Ray Madrid Sala But

Gamma Ray en la Sala But de Madrid, 4 de diciembre de 2024

Hay momentos en los que uno es consciente de que va a vivir el último instante de algo. Una vida que se va, un lugar al que no vas a volver, una relación que no encuentra puerto y va a la deriva. Con los grupos pasa lo mismo, pero a veces ocurre lo contrario. La reunión de Helloween parecía una quimera y luego fue real. Un efecto mariposa cuyo aleteo iba a cortas las alas de Gamma Ray, pero no. Y aunque parece que Hansen tiene todavía energía para los dos proyectos, nunca se sabe si será así. Carpe Diem.

La Sala But se encuentra sepultada debajo del mítico Teatro Barceló. Es como una pequeña cámara de los tesoros musicales oculta bajo los ojos de la ciudad. Coqueta pero no silenciosa, porque por sus tablas han pasado unos cuantos artistas. Una nómina variada a la que se suma Gamma Ray. 

 Nueve años son mucho en la vida de una persona. Ese es el tiempo que llevaba Gamma Ray sin tocar en la capital. Demasiado castigo para Madrid, y un país, que ama a Kai Hansen, que tiene un vínculo especial con él, con Helloween y con Gamma Ray.

Kai Hansen es un cruce entre Johan Cruyff padre y Luka Modric. De ambos tiene el parecido físico y la genialidad. También la creatividad y la capacidad de emocionar. No es el mejor cantante del mundo, poco importa y por eso se ha rodeado de privilegiadas voces, pero sí podría ser uno de los mejores guitarristas del metal, y eso sí que importa.

Kai Hansen ha firmado once discos con Gamma Ray, el último hace justo una década, y varios directos, entre ellos uno reciente para homenajear el 30º aniversario del nacimiento del grupo. Y sobre ese álbum, plagado de éxitos, ha danzado la música esta noche.

Gamma Ray es como un tarde de verano que acaba con una tormenta, es un espectáculo lleno de fuerza y electricidad. Otra de las claves es la química entre Frank Beck, la otra voz del grupo desde 2015, y el propio Kai, haciendo que los intermedios entre tema y tema sean muy amenos, además de ofrecer una nueva profundidad a cada canción con ese juego de voces.

Porque la otra faceta que hace grande a Hansen es su talento como compositor. Un cráneo privilegiado que ha sido capaz de jugar a dos bandas con cartas ganadoras. Land Of The Free era la primera en sonar, de mostrarse perfecta, contundente, con ese dueto al micrófono que tan bien viste y que ha decorado la noche madrileña.   

Last Before The Storm, Master Of Confusion y One With The World. Gamma Ray sacaba músculo y presumía ante el espejo, con Avalon el grupo se había mostrado hermoso y seductor. El setlist no paraba, como una ruleta de casino que no deja de premiar al mismo apostante. Empathy y Man On A Mision cerraban un inicio demoledor que marchaba a un envidiable ritmo, al que marcaba la guitarra roja de Hansen, a juego con sus zapatillas. Hansen es un señor mayor con cara de niño pillo y actitud de eterno adolescente, hasta lucía una pequeña calabaza en el pantalón para mostrar su otra invención musical.

Kai Hansen, con el logo de Helloween en la pierna
Kai Hansen, con el logo de Helloween en la pierna


 The Silence deleitaba con sus riffs. Una melodía embriagadora a la que seguía Dethrone Tyranny, donde los coros invitaban al público a sumarse, algo que había hecho desde el principio de forma espontánea, tarareando hasta cada movimiento de cuerda. 

Rebellion In Dreamland, Heaven Can Wait, Somewhere Out In Space se alargaban en sus partituras, se mostraban infinitos antes de la descarga final, presentada en dos actos.

Primero llegaban los acordes pausados del Heading For Tomorrow, la ópera prima del grupo y uno de sus grandes éxitos. Todo un himno entre himnos que precedía al segundo bis, un Send Me A Sign que sonaba como fin de fiesta, manifestando que el 'power metal' sigue vivo gracias a Kai Hansen, quien volverá con Helloween por Madrid en 2025, y que por ahora hace que la señal de Gamma Ray continúa activa y viva, al menos durante este tour.

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