La primera camiseta de fútbol que quise comprar, y que años más tarde conseguí en el Rastro de Madrid -aunque fuera una réplica falsa-, fue la que llevaba ese elegante delantero de casi 1.90 m,
Marco Van Basten, en la
Eurocopa de 1988, que supuso para los Países Bajos el primer ansiado triunfo en un campeonato internacional.
El 'cisne' de Utrecht
Nacido en Utrecht en 1964, y formado en la cantera del Ajax, fue fichado por el Milan, dirigido por
Arrigo Sacchi, donde en 1987 le acogió en sus filas junto a sus compatriotas
Gullit y
Rijkaard. Por aquel entonces el número de extranjeros, sin distinguir entre comunitarios o no, permitidos por club era de tres jugadores. Con la tripleta
'oranje' el Milan se coronó como rey del viejo continente en dos ocasiones: en la temporada 88/89 (4-0 ante el Steaua) y en la campaña 89/90 (1-0 frente al
Benfica).
El último partido oficial de Van Basten lo disputó en la final de
Munich de 1993, en el mismo estadio en el que había logrado la Eurocopa con Holanda, donde el Olympique de Marsekka consiguió su primer título europeo arrebatando al 'cisne' de Utrecht la posibilidad de haber finalizado su carrera deportiva con un hermoso colofón. Una prematura despedida del fútbol debida a las lesiones que arrastraba en el tobillo.
Marco fue el prototipo moderno de delantero centro: inteligente en sus movimientos, hábil con el balón, de un extraordinario golpeo con ambas piernas a lo que sumaba a un exquisito y demoledor remate de cabeza.
Estadísticas de Marco Van Basten
- 58 partidos oficiales y 24 goles con los Países Bajos
- 172 partidos y 152 goles con el Ajax.
- 147 partidos y 90 goles en el Calcio.
- 26 partidos en competición europea y 18 goles.
Grande, Marco.
Con Van Basten, Rijkaard y Gullit, algunos cerramos un círculo, aquel que no se cerró cuando la dictadura argentina desvirtuó el Mundial 78, colocando en la final a la albiceleste.
ResponderEliminarMalo fue que la Naranja Mecánica no ganara en el 74, pero al menos quedó un consuelo: al fin Beckenbauer era campeón del Mundo. Pero lo del 78 dio más rabia. Una Holanda que jugaba sin portero se plantó en una final montada para la gloria de muchos incondicionales y unos pocos impresentables.
Por todo ello, cuando Marco y sus muchachos ganaron la Eurocopa de Selecciones, muchos nos sentimos también ganadores: solo el gol a Rusia del señor Van Basten, a la altura misma del de Zidane en la final de Glasgow, merecía ese título.
Fernando Arellano
Gracias Fernando por haber escrito.
ResponderEliminarHay veces, no siempre, en las que el fútbol es generoso con una selección o con una generación de jugadores y en el 88 lo fue con los Países Bajos. Para alegría de los que amamos este deporte.
Felicitaciones por la página. Van Basten fue un crack, un elegido. Lástima las lesiones...
ResponderEliminarTe dejo mi página de Boca:
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Franco.
¡Gracias! Se me pasó por completo tu comentario. Un abrazo, y perdona por no haberme dado cuenta antes.
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