El Mundial de 1950 se decidió de un modo distinto a todos los vividos en la Copa del Mundo. La fase final se compuso de una liga entre los cuatro equipos clasificados, en lugar de hacer dos semifinales. Los conjuntos que accedieron a esta ronda eran: Brasil, Uruguay, España y Suecia. La última jornada emparejó a Brasil con Uruguay, con el trofeo en juego, como si se tratara de una final. Brasil llegaba a ese encuentro con 4 puntos y Uruguay con 3. Es decir, a los charrúas sólo les valía la victoria para alzarse con el trofeo.
El escenario era un majestuoso Maracaná que se encontraba repleto con más de 200.000 espectadores. Los anfitriones se adelantaron merced al tanto de Friaça. La 'Celeste' se sobrepuso y fueron capaces de dar la vuelta al marcador con los célebres goles de Juan Alberto Schiaffino y Alcides Ghiggia que acabaron por silenciar Río de Janeiro. Uruguay se convertía en bicampeona mundial con el 1-2. Brasil estaba de luto.
Buscando una nueva equipación para la 'canarinha'
Esta inesperada derrota fue el detonante para cambiar el color de la equipación que se venía utilizando y que consistía en una camiseta blanca con detalles azules. Desde el 20 de septiembre de 1914, fecha del primer partido internacional en Buenos Aires ante Argentina, los tonos utilizados habían sido numerosos y variados: desde al azul al blanco, pasando incluso por el rojo en 1917, para imponerse de nuevo el blanco a partir de 1919. Tras el “Maracanazo”, se impuso el azul hasta que se planteó el cambio definitivo de indumentaria.
Fue en marzo de 1954 cuando Brasil se enfundó la verdeamarela, gracias al concurso promovido un año antes por el periódico carioca, el "Correio da Manhã". La Confederación Brasileña de Fútbol escogió un modelo de todos los recibidos. El único requisito que había que cumplir para participar era utilizar los colores de la bandera nacional.
Por ello, de los más de 200 prototipos de camisetas presentadas, entre los cuales surgieron alguno tan original y extraño como unas franjas gruesas horizontales verdes y amarillas que más recordaban a un polo de rugby que a una equipación de fútbol, se decantó por la existente hasta nuestros días, compuesta por: camiseta amarilla, ribetes verdes, pantalón azul y medias blancas.
El padre de la 'verdeamarela'
El proyecto elegido fue realizado por Aldyr García Schlee, quien por aquel entonces trabajaba como dibujante. Aldyr, si bien es brasileño, su localidad está paradójicamente en la frontera entre Brasil y Uruguay -los dos países cuyo enfrentamiento precipitó el concurso-, lo que hace que sus obras, principalmente cuentos, se publiquen en portugués y español.
García Schlee es un reconocido escritor, ganador de las dos primeras bienales de literatura brasileña, ha ejercido también como periodista y ha desarrollado la actividad docente, llegando a ser el vicerrector de la Universidad UCPEL (Brasil) en la década de los noventa. Una figura destacada de las letras brasileñas que ha pasado a la historia del fútbol por diseñar la 'verdeamarela'.
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