El film comienza electrizante, con una escena turbadora que hace de esta ópera prima de Natali una cinta de culto del cine de ciencia-ficción. Tras esta carta de presentación, la película nos va mostrando a seis personajes, el mismo número de caras que tiene un cubo, que despiertan dentro de un laberinto formado por habitáculos conectados entre sí.
Sin más decorados que los que ofrecen las propias paredes, Natali engancha al espectador y le asfixia en un universo claustrofóbico donde el sexteto protagonista va adentrándose en un universo extraño y confuso donde el tiempo juega en contra de los protagonistas a la vez que superan las originales mortales trampas escondidas. El director novel logra mediante planos inverosímiles, contrapicados o tomas cenitales otorgar profundidad a un atrezzo limitado.
Es una película coral, sin ningún actor de renombre, en el que cada uno de los seis personajes juega su rol, madurando a cada minuto que pasa y mostrando su verdadera identidad, lo que convierte a este film en un extraordinario ejercicio psicológico del ser humano, una especie de “Gran Hermano”, en el sentido orwelliano, para el espectador, donde el miedo, la desconfianza, la convivencia, la lealtad, las matemáticas o el liderazgo hacen de compañeros de viaje por el tortuoso entramado cúbico.
El éxito de esta cinta es que siendo una película de ciencia-ficción, no cae en efectismos baratos para sorprender, ni en explicaciones incoherentes para justificar ciertas preguntas, sino que intenta convencer con los diálogos, con la tensión de la trama y con la extraordinaria capacidad de entretener con tan pocos recursos y unos personajes que encajan y se oponen entre sí como las piezas de un cubo.
Es una película que merece la pena ver porque siendo un espacio claustrofóbico y cerrado sin embargo en algunos momentos parece una película de acción por lo trepidante de las situaciones que acaecen. Es una película distinta e innovadora tanto en la temática como en la forma de rodarse, muy recomendable.
ResponderEliminarFdo. Gonzalo Largacha
Fíjate, hace nada la volví a ver. Con la película aprendí que chupando un botón tardas más en deshidratarte... xD. En serio, entre mis favoritas. Aunque su precuela y la posterior huelen mal y amenazan con hacer una nueva en 3D...
ResponderEliminarGonzalo, si no recuerdo mal, la vi contigo y con tu hermano en V.O. en los Alphaville.
ResponderEliminarJuan, es cierto, lo del botón es un detalle que sólo he escuchado en esta película. Lo de la precuela y la secuela ni lo intenté, tenían muy mala pinta ambas.
Sí la vimos juntos lo de mi hermano no lo recuerdo pero podría ser. La tuve en DVD pero ahora no la encuentro no sé donde está.
ResponderEliminarFdo. Gonzalo Largacha
Otro peliculón.
ResponderEliminarNo es por nada, pero una revisión de uno de tus grandes fetiches parece que se esta haciendo de rogar. Me refiero a David Lynch.
Universos enfermizos, sadomasoquismo, culpa y pornografía... Dame palomitas!!