De todos los equipos de fútbol que juegan en Alemania, por su singularidad destaca uno: el Sankt Pauli. Este club polideportivo nació el 15 de mayo de 1910, en la ciudad de Hamburgo, dentro de una barriada caracterizada por tener una gran población inmigrante, numerosos locales de ocio y por ser el barrio rojo de la ciudad hanseática.
St. Pauli, un fenómeno de masas
Fue a partir de los años 80 cuando la institución se situó en las inmediaciones del muelle de Hamburgo, donde los habitantes comenzaron a identificarse con el club, convirtiéndose en seguidores. Según algunas encuestas son la segunda hinchada mayoritaria en el país teutón, que se caracterizaban por tener tendencias antifascistas, un rechazo a la xenofobia y el apoyo a la libertad sexual.
Todo ello los hace poseer una gran masa femenina en sus gradas, siempre pobladas, donde es enarbolada la bandera pirata, símbolo oficioso del St. Pauli, recogido del movimiento “okupa”, propio de una ciudad portuaria que ve venir y llegar a personas buscando la suerte que le ha sido esquiva en otras ciudades. Es en este decenio ochentero cuando comienza el culto en todo el mundo por este equipo tan peculiar.
Un club singular con grandes amistades en España
La singularidad del club no sólo viene por parte de sus aficionados: el presidente, Corny Littmann, es homosexual confeso y los condones son lanzados como confetis a la salida del equipo al terreno de juego, preservativos ofrecidos por uno de los patrocinadores; Orion, una empresa dedicada a los artículos eróticos.
Por su idiosincrasia el modesto equipo hamburgués tiene una nutrida legión de seguidores a lo largo del planeta. El colectivo de fans más importante fuera de Alemania está asentado en Valladolid (España): la peña el Grano.
Existe buena relación con aquellos clubes cuyos ultras profesan similares ideologías políticas como el Rayo Vallecano de Madrid, con el que coincide en la identificación del barrio con la institución, el Athletic Club de Bilbao o el Livorno, el equipo comunista de Italia, pero con los que hay un vínculo especial es con el Celtic de Glasgow con el que existe un hermanamiento.
Por la singularidad de su equipación, marrón y blanco, y dada la escasa frecuencia de ese tono en el mundo del fútbol, comparten amistad y color con el equipo argentino Club Atlético Platense.
Como decía el lema del centenario del club, celebrado hace un año, “nuestro mundo es de color marrón y blanco”.
Los rivales del club marrón
También son numerosos los rivales del St. Pauli, entre los que destacan los vecinos del HSV Hamburgo y el Hansa Rostock, cuyas hinchadas son de ideología neonazi.
Al equipo grande de Alemania, el Bayern, se tiene un gran respeto por el partido amistoso que jugó el club bávaro frente al St. Pauli, con el fin de recoger fondos y así evitar la desaparición del equipo hamburgués en el 2002, como ya estuvo a punto de ocurrir con la bancarrota que se produjo en 1979.
La música camina junto al equipo
La música tiene una estrecha relación con el equipo de los piratas, no sólo a la hora de saltar los equipos al terreno de juego, momento en el que suena el Hell Bells de AC/DC o porque el Song 2 de Blur sea sinónimo de gol local.
Debido a las tendencias ideológicas de la masa social del St. Pauli, muchas bandas de punk-rock han mostrado su simpatía por el equipo: como los grupos alemanes Die Ärzte y Die Toten Hosen, así como la banda de rock alternativo Guano Apes.
Pero este amor por el club ha traspasado las fronteras alemanas, teniendo como sus seguidores más famosos al británico Andrew Eldritch, fundador de la banda gótica The Sisters Of Mercy. Otras dos formaciones muy unidas al club, llegando a jugar partidos benéficos a favor del St. Pauli, son el grupo norteamericano de punk-rock Bad Religion y los noruegos Turbonegro, autores de uno de los himnos de la institución.
Fidelidad a unos ideales y colores
El marcador no es electrónico, dando un toque de romanticismo al estadio de Millerntor que tuvo un paréntesis de cambio de nombre, en la década de los 70 y 80, por el de un antiguo presidente, Wilhelm Koch, cuyo pasado nazi condicionó la posterior retirada de tal denominación a petición de los seguidores, pasando a ser conocido de nuevo como Millerntor.
Esta temporada el St. Pauli ha terminado último en su vuelta a la Bundesliga, fundada en 1963, a la que llegó por primera vez en 1977, por lo que volverá a pisar el segundo escalón del fútbol teutón, apoyado por su internacional y variopinta afición que nunca deja sola al equipo, llenando el estadio incluso en tercera división.
La verdad es que el merchandaisin de este equipo es precioso, es una pena que haya bajado.
ResponderEliminarGonzalo Largacha
Cierto, pongo el enlace a la tienda del St. Pauli.
ResponderEliminarhttp://www.fcstpauli-shop.de/index.php/language/gb/cat/c1_MANN.html
Desgraciadamente yo también conozco a un equipo que el próximo año volverá a pisar el segundo escalón del fútbol, en este caso, español.
ResponderEliminarMarta Jaspe
Tranquila Marta, conoces otro club que ocupará su lugar y al que has animado últimamente en Vallecas: el Rayito.
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