El Livorno contra el
Lazio es algo más que un partido de fútbol, un
duelo entre dos ideas políticas opuestas con el recuerdo de los iconos futbolísticos que han vestido sus camisetas y de parte de la memoria de la historia de Europa occidental. Una historia que se vuelve a repetir cuando los amarantos y 'biancocelestes' se juntan en un terreno de juego.
Livorno, el puerto de la Toscana
Livorno es una ciudad costera que pertenece a la bella región de la Toscana, cuya capital es Florencia. Se trata de uno de los puertos más importantes de Italia, heredado del poder otorgado por los Médici durante los siglos XVI y XVII, siendo sus muros y fortalezas testigos de aquella época.
El color característico de la población es el rojo, no sólo por el tono que toman sus ladrillos sino también la camiseta del club de fútbol de la ciudad y el signo político de muchos de sus habitantes.
Roma, la 'ciudad eterna'
Roma, la ciudad eterna y milenaria, es la capital de Italia y de la región de la Lazio. De sus entrañas nació un imperio que dominó el continente, siendo una de las civilizaciones, junto con la griega, que influyeron de manera más determinante al resto de países europeos occidentales, es la llamada cultura latina que afectaba a todos los ámbitos: lengua, costumbre, legislación, hábitos alimenticios, arquitectura...
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La situación económica en el periodo de entreguerras era insostenible en Italia. El desempleo y la inflación hacían mella en una población que anhelaba representantes políticos más radicales. Las oleadas de huelgas durante 1919 mostraban la desesperanza popular y el deseo de que fórmulas ideológicas más extremistas guiaran el futuro de la nación.
Livorno apadrina el comunismo
El 21 de enero de 1921, tras seis días de tensos debates en el teatro Goldoni de Livorno, un grupo de representantes socialistas se desligaban de su pertenecía al partido y constituían un congreso donde nacía el Partido Comunista Italiano. Su ideología era el marxismo-leninismo y sus objetivos propugnaban la eliminación de la burguesía y la abolición del capitalismo.
Cuatro años después, en 1925, Mussolini prohibiría toda actividad política del PCI.
La Roma de Mussolini
Apoyado por el sufragio económico de algunos empresarios, y con el visto bueno de la Santa Sede, Benito Mussolini al mando de las
camisas negras emprendió una marcha hacia Roma, donde se apoderó del gobierno de la Nación en 1922, obligando al por entonces jefe del Estado italiano, el rey Víctor Manuel III, a nombrarlo presidente del gobierno del país. Un gobierno al que no había podido acceder por las urnas, donde había sido derrotado.
La Italia totalitaria de Mussolini recuperaba viejos símbolos del pasado para exaltar su nacionalismo, una mirada hacia el imperio romano que recuperó el gusto por la arquitectura neoclásica y monumental, así como el saludo romano, variándolo levemente.
El fútbol fue para el 'Duce' una obsesión con la que poder mostrar la supremacía italiana sobre el resto de países. La gloria que no llegó en el campo de batalla, la alcanzó en los terrenos de juego con la conquista por parte de la 'azzurra' de los títulos mundiales de
1934 y
1938. Sus simpatías por la Lazio eran otra manera de acercarse al pueblo a través de un deporte que no apreciaba en demasía.
En el ocaso de la II Guerra Mundial, abril de 1945, el 'Duce' era fusilado por unos partisanos comunistas cuando trataba de huir a Suiza. El cadáver del dictador y el de su esposa -Clara Petacci- fueron exhibidos boca abajo en una plaza céntrica de Milán donde la población pudiera observarlos y ultrajarlos.
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Estatua de César Augusto regalada por Mussolini a la ciudad de Zaragoza. |
El club nacido en 1915, y refundado en 1991, ha navegado por casi todos los niveles del calcio italiano: como una temporada en el infierno del
Campionato Nazionale Dilettanti (quinto escalón del fútbol transalpino), pasando la serie C2 (cuarta categoría), hasta la deseada Serie A, alcanzada por última vez en el curso 2009-10.
Tiene por color de su camiseta el amaranto, un tono que se mueve entre el rojo y el marrón, y que además sirve de sobrenombre de la institución.
Paradójicamente, el actual
estadio del Livorno fue construido, en 1935, gracias a la actividad de fomento del deporte del gobierno del ‘Duce’ y tomó como primer nombre: Edda Ciano, hija de Benito Mussolini.
La caída del fascismo hizo que el feudo amaranto llevara distintas denominaciones hasta que en el año 2000 se le bautiza como Armando Picchi, antiguo futbolista livornés que jugó en el mítico Inter junto a Facchetti, Mazzola y Luis Suárez. Tiene como principales rivales: al Pisa, derbi toscano y al Lazio, con quien guarda una fuerte confrontación política. Es por ello, que sus amistades cruzan la frontera para estrechar lazos con otros equipos con inclinaciones ideológicas similares, como: la sección Originals21 del AEK Atenas y el Commando Ultra'84 del Olympique de Marsella.
El club tomó el nombre de la región de la cual Roma es capital. La sociedad polideportiva lazial fue fundada en 1900, siendo el primer equipo de la ciudad.
El hecho de mirar al pasado para crear su identidad ha sido algo habitual en el club capitalino, la camiseta adoptó los colores de la bandera griega, como homenaje al país y al espíritu creador de los Juegos Olímpicos.
Este hábito de reverdecer viejos laureles también se puede comprobar en su escudo, que es coronado por el
águila imperial, símbolo que el general-cónsul romano Cayo Mario otorgaba a su soldado más valioso y que pasó a ser el emblema de las legiones.
El palmarés del equipo es de 2 Scudettos (1974 y 2000), 5 Coppas, 3 Supercopas, 1
Recopa de Europa (la última edición que se disputó, ante el
Mallorca en 1999) y 1 Supercopa de Europa.
Tiene como principales rivales a los clubes con ideologías contrarias como Atalanta y Livorno, pero especialmente con quien guarda una gran enemistad es con el otro equipo de la ciudad: la Roma.
La Roma y el proyecto del superequipo de la capital
El palmarés de los ‘giallorosso’, rojo y oro, es parecido al de sus vecinos (3 Scudettos, 9 Coppas, 2 Supercopas, 1 Copa de la UEFA).
La Roma nació en 1927, como un intento de crear un gran asociación deportiva capaz de pugnar por los títulos y de ser una alternativa al resto de escuadras, especialmente las del norte, por lo que muchos clubes de la capital fueron absorbidos para formar la Roma, incluso el Lazio estaba llamado a tal fusión, pero fue rechazado por el general Giorgio Vaccaro, general fascista muy ligado al deporte que organizó el Mundial de 1934 y que llegó a ser el primer presidente de la federación italiana de rugby, más tarde fue máximo mandatario lazial (1964-65).
La Roma, al igual que la Lazio, también heredó el gusto por los emblemas del glorioso pasado de la ciudad, situando al mito de la loba Capitolina y a Rómulo y Remo en su escudo.
El partido entre ambos es conocido como el derbi capitalino o derbi del campidoglio, nombre extraído de la plaza del Capitolio.
El emplazamiento donde juegan tanto Lazio como Roma es el Olímpico, dentro del llamado “Foro Itálico” que había ideado el ‘Duce’ para emular los espacios públicos del imperio romano.
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La grada livornesa: Brigate Autonome Livornesi
La Toscana se ha caracterizado siempre por ser una plaza fuerte del comunismo italiano y Livorno, como cuna del PCI no es una excepción. Las
gradas del Armando Picci se llenan de símbolos antifascistas y de extrema izquierda como hoces y martillos, banderas de la Unión Soviética o los rostros de Stalin, Lenin y el Ché Guevara. Sus cánticos habituales tienen un tono revolucionario: como el “Bella Ciao”, o la “Bandeira Rossa”, mostrando la ideología de la curva amaranto.
El grupo ultra es conocido como la Brigate Autonome Livornesi, o por su acrónimo BAL, fruto de la unión, en 1999, de varios colectivos ultras. Sus inclinaciones políticas les ha llevado a granjearse numerosas enemistades, en especial con el grupo de tiffosis más antagónico a sus ideales: los hinchas de la Lazio.
La actitud de los BAL ha despertado numerosas simpatías en otros clubes como los ya citados AEK u Olimpyque, o el
Celtic y el
St. Pauli.
La música tampoco ha sido ajena a los BAL y el grupo de ska-punk italiano, Banda Bassotti, curiosamente originario de Roma, ha realizado una nueva versión del himno livornés y
canciones dedicadas a los BAL.
Los hinchas del Lazio: 'Irriducibili'
Situados en la curva norte del Olímpico romano y con más de 5.000 miembros, reciben el nombre de ‘Irriducibili’. La ideología de la grada de las ‘águilas’ es fascista, nacionalista, antisemita y racista.
En su fondo se han exhibido esvásticas, cruces célticas y rostros de Mussolini, quien fue
socio de la Lazio en 1929. Además de mostrar lemas con regusto nazi y adherirse a favor de Serbia en la guerra de los Balcanes.
En su plantilla ha sido extraño ver jugadores de raza negra, el primero que abrió la lista fue el holandés Aaron Winter en 1992, en cambio ha sido habitual el número de jugadores con ideología ultraderechista o con vínculos militares, como la plantilla triunfadora de la Liga de
1973-74.
Sus amistades en la competición italiana se corresponden con sus "camaradas" del Hellas Verona y del Inter (donde también existe otro colectivo con el mismo nombre, los antiguos Skins Inter), a nivel internacional está hermanado con la peña más radical del
Real Madrid: los Ultrassur y con sus homónimos del
Espanyol: las Brigadas Blanquiazules.
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'Tifo' de los Irriducibili en el Olímpico de Roma. |
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Los ídolos de la grada amaranto:
Igor Protti
Protti llegó en 1985 a Livorno, desde su Rimini natal, e inició su idilio con el gol de la mejor forma, en un derbi frente al Pisa, aquel tanto dio la victoria a los amarantos y abriendo el corazón de la parroquia del Armando Picchi.
Las deudas económicas del Livorno hizo que Protti emigrara, pasando por diferentes clubes, incluyendo al Lazio y un gol en el derbi romano, aunque siempre que podía anunciaba que volvería a la ciudad portuaria (de donde era su esposa). En 1999, Igor regresaba a su ‘casa’ futbolística, donde las gradas le añoraban.
En su haber queda el récord de haber sido
capocannoniere (máximo goleador) en tres categorías distintas, llevando a los amarantos del infierno al cielo: de la serie C1 a la serie A. Posee el récord de goles anotados para el Livorno, con 122 dianas.
Tal epopeya tenía que ser premiada, por lo que su número pasó a ser retirado, el 10, el que pertenece a los mitos del fútbol. Posteriormente, Protti pidió que el dorsal volviera a ser utilizado para que el sueño no parara.
Cristiano Lucarelli
Ídolo futbolístico y referencia política para la grada, este livornés fue la bandera del equipo amaranto, con el '99' a su espalda como homenaje al año de fundación de los BAL y la imagen del Ché tatuada en su piel junto al escudo de su Livorno.
Aunque sería en su undécima temporada como profesional cuando se enfundó la camiseta de la escuadra portuaria, 2003, disputando cuatro campañas con el equipo toscano y una más en una segunda etapa. Con Lucarelli, el Livorno ascendió a serie A y disputó posteriormente su única aventura europea, compartiendo vestuario con el otro mito: Igor Protti.
Su actitud rebelde y activa, creó una publicación en su ciudad natal, junto con sus inclinaciones políticas supusieron una barrera para su incursión en la selección nacional, con la ‘azzurra’ tuvo 4 internacionalidades marcadas por sus gestos políticos que le valieron una expulsión momentánea del combinado italiano.
A pesar de su identificación con la grada, el romance con los hinchas se rompió cuando anunció su marcha al
Napoli, un viaje extraño para un jugador que había desafiado la lógica del mercado al haber rechazado suculentas cantidades por dejar el Livorno. Un puerto donde Lucarelli tiene un amor, al que tendrá que volver a conquistar, justo en el momento en el que su camiseta iba a ser retirada, el rocambolesco número 99, con el que celebró sus 102 goles con el puño en alto.
Paolo Di Canio: el hincha que fue jugador de la Lazio
La antítesis ideológica de Lucarelli ha sido Di Canio. Nacido en Roma, empezó su carrera profesional en el Lazio, el club al que siempre terminó volviendo, como un boomberang que recorría una distancia para regresar. Vivió tres etapas con los 'biancoceleste': 1985-86, 1987-90 y 2004-06.
Su admiración por la figura de Mussolini, no en vano lleva tatuado ‘DVX’ (es decir, Duce) en el brazo, y la autoproclamación como fascista le han ocasionado numerosos odios y amores, compensados con hermosos gestos deportivos, como el que le valió el galardón al ‘fair play’ durante su aventura inglesa en el
West Ham.
Di Canio, por su bravura en el campo y por sus ideales, ha sido el icono de los
Irriducibili, no en vano ayudó a la fundación del grupo en 1987, y solía brindar a sus “camaradas” de la curva con el saludo que imperó en la Italia fascista. Gesto que levantó ampollas en la mayoría de la sociedad italiana.
Actualmente, la Lazio continúa en Serie A y el Livorno lucha por no caer en los play-offs que podrían llevarle a la temida serie C1, pero los caminos de ambas escuadras se cruzarán en algún momento para revivir viejos duelos, enfrentamientos que trascienden el plano deportivo y que recuerdan parte de la historia del país. Porque la historia siempre se repite y los extremos opuestos acaban encontrándose.