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lunes, 30 de diciembre de 2013

Tragedias en el fútbol: desde Brunden Park a Heysel

La trigésima edición de la Copa de Europa ha pasado a la historia como una de las más tristes del deporte rey. La final, celebrada el 29 de mayo de 1985 en el estadio Heysel de Bruselas, enfrentaba a Juventus y Liverpool, dos de los mejores equipos del continente que fueron espectadores de una de las mayores tragedias del fútbol. Una crónica anunciada por la inseguridad de los estadios, los precedentes y la actitud que poblaba en las gradas.

Fiebre en las gradas
La escalada de actos violentos registrados en los estadios en los años 70 y 80 preocupaban a las fuerzas de orden público. El movimiento 'hooligan', nacido en Inglaterra, se estaba volviendo incontrolado para la policía.

Los viajes de los hinchas a otros países se convertían en una 'prueba de hombría', una declaración de guerra hacia el club rival y a la ciudad que visitaban. Era el momento más temido por las autoridades por existir mayor descontrol y más alcohol, mezclándose con otro inconveniente: estadios antiguos que sobrepasaban su aforo y que adolecían de medidas de seguridad.

Los aficionados más agresivos, en gran parte de origen humilde, hallaban en los fondos de los estadios una válvula de escape a las duras condiciones sociales que vivían. Un modo de expresión que se traducía en ocasiones en violencia.


Su habitual estética, compuesta por bufandas con colores del club, junto al look skin o militarizado, se transformaron con el tiempo en un aspecto más elegante, como se pudo comprobar en las eliminatorias entre el Liverpool y el Saint-Etienne de 1977 o entre el Liverpool y el Aberdeen de 1981, momentos que se consideran clave del nacimiento de una nueva tribu urbana y de su cultura: el movimiento casual o el casualismo.

Ropa elitista comprada en Francia, Alemania o Italia - Ellesse, Lacoste, Puma, Adidas, Sergio Tacchini, Le Coq Sportif o Fila-, que más tarde desembarcaban y se asentaban en Escocia e Inglaterra, junto a empresas británicas como Burberry o Fred Perry, marcas que formaban parte de los nuevos atuendos usados por los antiguos 'hooligans', complicando la identificación habitual de los seguidores al pasar ahora más desapercibidos.


La violencia como sinónimo de fútbol
Los partidos de fútbol en aquellas dos décadas adquirían un tono bélico. No era de extrañar que el espectáculo terminara empañado por una lluvia de objetos, como la que recibió el Real Madrid tras eliminar al Inter de Milán en San Siro en 1983, o con peleas entre los hinchas de sendos clubes, como la batalla campal entre los aficionados del Luton y Milwall en la F.A. Cup en marzo de 1985, la cual llegó a suspender el encuentro por invasión del terreno de juego.

El estilo de vida de los 'hooligans' se extendía por toda Europa. Inglaterra, cuna de esta tendencia, había visto nacer sus primeros grupos organizados de 'supporters' en la década de los 70 y pronto encontraban su reflejo en el resto del continente.

España no era una excepción, peñas como Biris Norte (Sevilla), Frente Atlético (Atlético de Madrid), Supporters Gol Sur (Real Betis), Yomus (Valencia), Boixos Nois (Barcelona), Brigadas Blanquiazules (Español), Herri Norte (Athletic Club), Indar Gorri (Osasuna), Riazor Blues (Deportivo) o Ultrassur (Real Madrid) iniciaban su andadura en el mundo ultra en los 70 y 80.

bufandas grupos ultras de España

La conclusión de la final de la Copa de Europa -entre Roma y Liverpool- disputada en la capital italiana, con persecuciones de 'tiffossis' a cualquier ciudadano inglés, anunciaban un futuro muy negro para el fútbol.

Tragedias previas a Heysel
 1. Brunden Park, Bolton (Inglaterra)
La desmedida afluencia de espectadores -unos 85.000- y la falta de accesos, algunos inutilizados por causas de la guerra y otros cerrados al público, propiciaron una estampida que derrumbó una de las paredes del estadio durante el choque que enfrentaba en 1946 a Bolton Wanderers y Stoke City. La policía pidió al colegiado que se interrumpiera el juego debido a los hechos ocurridos. 33 personas perdieron la vida y más de 400 resultaron heridos.

2. Estadio Nacional de Lima (Perú)
La mayor tragedia ocurrida en un terreno de juego apenas ha tenido repercusión en el viejo continente. El partido de clasificación para los Juegos Olímpicos, disputado en Lima en 1964, entre Perú y Argentina se convirtió en una guerra entre la hinchada de sendos países a raíz de la anulación de un tanto para el cuadro local.


Las avalanchas, los enrabietados aficionados peruanos que trataron de llegar al césped para golpear al árbitro, el pánico y la mala actuación de las fuerzas de orden público -sellando las salidas y lanzando gas- sumadas a las reyertas, condujeron a una cifra que superaban los 300 fallecidos.

3. Kayseri Ataturk Stadium (Turquía)
El partido entre Kayseri Erciyesspor y Sivasspor de septiembre de 1967, cargado de gran rivalidad, derivó en una enfurecida respuesta a las provocaciones desde el lado de los fans del Kayserispor. Los lanzamientos de objetos, piedras principalmente, resultaron mortales. 40 espectadores perecieron en aquel estadio.


4. Estadio Monumental (Argentina)
El superclásico del fútbol argentino, River contra Boca, también se vio empañado por las lágrimas en 1968, en una de las noches más tristes del fútbol argentino. La hinchada bostera fue paulatinamente abandonando la cancha de su rival en la fría noche bonaerense quedando atrapada por el cierre de la puerta 12. El piso mojado, la ausencia de barandillas y la oscuridad sumieron a la multitud en un caos que segó la vida de 71 personas. Un lamentable hecho que sigue sin esclarecerse.

Estadio Monumental, River, Buenos Aires, Argentina

5. Ibrox Park (Escocia)
La casa del Rangers había sufrido en 1902 el derrumbe de sus graderíos de madera durante un Escocia-Inglaterra, como un castillo de naipes llevado por el viento. A pesar de la magnitud del hecho, sólo 25 espectadores murieron.

La segunda tragedia de gran magnitud, ya que su historial de siniestros lo situaban entre uno de los más inseguros, fue en 1971 durante el Old Firm entre Rangers y Celtic. Un gol en el descuento de la escuadra protestante, la niebla y la caída de una de las vallas protectoras hicieron de mortal cóctel en el que 66 espectadores fallecieran asfixiados en las empinadas escaleras de Ibrox Park.


6. Luzhniki (U.R.S.S.- Rusia)
La celebración de otra postrimera diana fue el origen de que parte de la grada fuera arrollada entre sí durante la eliminatoria de Copa de la UEFA de 1982 entre el Spartak de Moscú y el Haarlem. Un hecho silenciado por las autoridades soviéticas y que con el tiempo ha sido desvelado. Se calcula que 66 ciudadanos resultaron aplastados al cruzarse la muchedumbre que salía del estadio Lenin, actualmente denominado Luzhnik, con la que regresaba para aplaudir el último gol. Otras fuentes aseguran que las cifras podrían haber superado los 300 fallecidos.

7. La tragedia de Cali (Colombia)
El clásico de la ciudad de Santiago de Cali, Colombia, siempre tan colorido, tuvo una edición muy negra en 1982. Aquel espectacular derbi entre América y Deportivo concluyó con empate a tres. La ausencia de baños públicos en el anillo superior y el enfado por el marcador final derivó en la gamberrada de orinar desde la platea más alta hacia la parte inferior del Pascual Guerrero. Un panorama dantesco que llevó a 22 espectadores a perder la vida fruto de los nervios y los empujones. 

8. Incendio en Bradford (Inglaterra)
El fuego se convertía en el devastador protagonista en el Valley Parade de Bradford en 1985, dos semanas antes de la final de la Copa de Europa de Bruselas. Aquella jornada de júbilo, en la que el equipo local festejaba su campeonato de la Third Division ante el Lincoln City, se oscureció por la humareda generada en una de las tribunas de madera laterales. Un cigarrillo mal apagado y la acumulación de basura pudieron ser los detonantes del incendio que apagó la vida de 56 personas por culpa de la lenta reacción y el bloqueo de los vomitorios de salida.

La rapidez con la que se alimentaron las llamas concienció a los clubes y a las autoridades a revisar las infraestructuras de los estadios y a desechar la madera, desde ese momento, como principal material de construcción.

incendio Bradford, Valley Parade

La tragedia de Heysel
Juventus y Liverpool eran los mejores clubes del continente en 1985. Los 'reds' acudían como vigentes campeones de la Copa de Europa y los 'bianconeros' como triunfadores de la Recopa en un pulso que significaba también medir el poder entre el fútbol italiano ante el inglés, claros dominadores de la época.

De hecho, la Supercopa, que había enfrentado esa misma temporada a ambos conjuntos, sólo se pudo celebrar el encuentro de ida por no encontrar el Liverpool una fecha para la vuelta, dejando en el aficionado la duda de si se podría haber remontado el 2-0 de Turín y un sabor de 'vendetta' para la final de Bruselas. Había cuentas pendientes que saldar en el plano deportivo.

Los incidentes de la anterior cita en Roma contra aficionados británicos, la escalada de actos violentos existentes en el fútbol y las catástrofes que asolaban a los estadios, no pusieron debidamente en sobre aviso a las fuerzas de seguridad en la batalla dirimida en los aledaños entre 'hooligans' y 'tiffossis', trasladada después al interior del estadio.


Aunque la UEFA repartió las entradas por zonas, dejando un porcentaje de la taquilla para espectadores neutrales, muchas de esas localidades acabaron en manos de los seguidores italianos e ingleses, mezclándose en la misma ubicación.

Una hora antes de que se diera el pitido inicial de aquel 29 de mayo de 1985, se produjeron lanzamientos de objetos por parte de los supporters más radicales hacia el sector juventino que concluyeron en el asalto hacia su parte del fondo, debido al estado de embriaguez de los 'hooligans' y a las riñas y provocaciones previas. Los aficionados italianos se vieron arrinconados, iniciando una estampida hacia ninguna parte, complicándose la huida por la existencia de las barras protectoras y las barreras de cemento.

La presión del público, el caos, los nervios, la antigüedad de las instalaciones y la ausencia tanto de policía como de salidas de emergencia convirtieron el sector en una trampa en la que caían 39 aficionados -entre ellos, 32 italianos y un británico-. La tardía llegada de las fuerzas de seguridad belga logró mitigar el desastre, al abrir el paso de la zona Z al césped.


La escasez de personal sanitario y la insuficiente preparación alargaron el tiempo de evacuación de supervivientes, heridos y fallecidos, algunos de los cuales fueron depositados en las inmediaciones del rectángulo de juego. Ante tal panorama, los ultras de la Juve protagonizaban también graves disturbios con palos y bengalas contra la policía en la curva contraria, desde los sectores O y N. Un dantesco panorama previo a la final.

A pesar de la tragedia, la UEFA decidía celebrar con el encuentro -con una hora y media de retraso sobre el horario previsto- con el fin de evitar males mayores si no se celebraba, un argumento siempre muy criticado.

El amargo gol de Michel Platini
La XXX final de la Copa de Europa se disputaba bajo una tensa calma que se traducía en un juego sin brillo y desganado, con un ambiente enrarecido, sepulcral, que se plasmaba en el fuerte cordón de seguridad alrededor del perímetro del campo. El pobre espectáculo ofrecido por dos de las mejores plantillas del continente necesitaba de un estímulo para salvar el empate.

alineaciones Juventus-Liverpool, Heysel, 1985

Las oportunidades escaseaban haciendo que un detalle, una genialidad o un error fueran suficientes. Tres factores que se mezclaban cuando Michel Platini bajaba hasta su defensa para rescatar un balón y ponerlo a gran distancia a la carrera de Boniek quien era objeto de falta a dos metros del área inglesa. El árbitro suizo Daina decretaba penalti. El '10' bianconero' tomaba la determinación de ejecutar la pena máxima ante el excéntrico Grobbelaar, a quien batía a su derecha.

Platini celebraba el gol con furia, dirigiéndose al sector Z enrabietado. Más tarde se supo que ningún futbolista era consciente de la gravedad de los hechos, sabían de los altercados pero no de los fallecidos. A pesar de ello, parte de la opinión pública criticó los aspavientos del astro francés, actualmente presidente de la UEFA, por su falta de delicadeza y respeto a las 39 víctimas.

Consecuencias tras la catástrofe de Heysel
El primer título de la Juventus quedaba en un segundo plano al día siguiente de la tragedia. La fiesta máxima del fútbol europeo estaba de luto. Había que señalar a los culpables y tomar medidas disuasorias como: intensificar los controles de acceso al estadio con cacheos y a través de cámaras de seguridad, separar a las hinchadas, prohibir la venta de bebidas alcohólicas en los estadios, cambiar el sistema de vallas rígidas, sancionar y retirar las banderas y pancartas que incitaran a la violencia e instar a los clubes a construir los estadios, o modernizarlos, con localidades sentadas .

East End Park, Dunfermline Athletic, Escocia, Scotland
East End Park, estadio del Dunfermline Athletic (Escocia)

Sanciones al fútbol inglés
El máximo órgano continental, la UEFA, inhabilitó la participación europea de todos los clubes ingleses durante cinco años. El Liverpool, como único responsable señalado por la UEFA, fue sancionado por diez años, castigo que fue posteriormente reducido a seis. La hegemonía del fútbol inglés -con 7 'orejonas' de las 8 últimas jugadas- se rompía con esta drástica medida en la que ni el propio organismo ni las autoridades belgas, como organizadoras, tuvieron pena alguna.

El fútbol resultó herido con un descenso en el número de espectadores -estigmatizados como delincuentes por la sociedad-, y la liga inglesa resultó seriamente dañada, perdiendo durante más de un lustro a patrocinadores y parte de sus mejores estrellas, las cuales emigraban para poder disputar alguno de los tres torneos europeos en liza -Copa de Europa, Copa de la UEFA y Recopa de Europa-. Futbolistas británicos como Paul Gascoigne, Gary Lineker, Glenn Hoddle, Mark Hughes, David Platt o Ian Rush, emigraban en busca de algún título continental.

Heysel concienció del peligro de unas gradas agitadas y de una mala previsión organizativa. Una lección que se tardaba poco tiempo en revivir, otra tragedia que contaba al Liverpool como protagonista y que suponía otra bofetada tanto al fútbol como a la historia de los 'reds': Hillsborough.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Las finales de la Copa de Europa (1967-84)

La vieja Copa de Europa (1956-66) se había caracterizado por un dominio de los países latinos. Los vencedores de las diez ediciones disputadas hasta entonces eran Real Madrid, Benfica, Milan e Inter, demostrando el poder de los clubes españoles, portugueses e italianos. Pero todo iba a cambiar con la primera cita bajo el nuevo trofeo diseñado, once kilos de plata, que viajaban a Gran Bretaña, a la cuna del fútbol.

Los loenes de Lisboa
Un equipo formado por gente de la casa, todos nacidos en Glasgow o alrededores, y dirigidos por un entrenador de confesión protestante, en contraposición al marcado carácter católico de la entidad, se sobreponían al penalti materializado por Mazzola para conseguir el triunfo en Lisboa en 1967. El Celtic, capitaneado por el legendario Jimmy Johnstone, colocaba la estrella sobre el verde trébol.

Celtic, 1967

Sobreponiéndose a la tragedia
La Copa volvía a quedarse en las islas, un año después, devolviendo la alegría a un club que había sufrido mucho en el pasado. La tragedia del accidente aéreo de Múnich (1958) siempre ha estado presente en la historia del Manchester United pero quizás más en la generación superviviente liderada por Foulkes y Bobby Charlton a la que el técnico Matt Busby daba el toque final con los otros dos integrantes de la denominada 'Santísima Trinidad': George Best y Denis Law -quien estaba lesionado desde semifinales-.

Los 'diablos rojos' se impusieron en Wembley ante el Benfica de Torres y Eusebio por un contundente 4-1. La maldición de Guttmann seguía haciendo el efecto anunciado por el antiguo míster húngaro. Inglaterra, tras haber conseguido el Mundial de 1966, coronaba, por fin, a una de sus instituciones profesionales en lo más alto de Europa.

Plantilla del United en 1955, los denominados 'Busby Babes'
El paréntesis 'rossonero'
El duro camino del Milan hasta la final, con compromisos exigentes ante Celtic y United, no tuvo su reflejo en una final, a priori complicada, que terminó siendo sencilla. El Ajax de Cruyff, dirigido por Rinus Michels, pecó de inocente en un duelo donde los habituales goles de Rivera fueron sustituidos por los de Pierino Prati -autor de un 'hat-trick'-. El encuentro celebrado en Madrid, año 1969, se vivió con incidentes entre las dos aficiones, una situación a la que no estaba acostumbrado el fútbol español por aquel entonces.

La naranja mecánica
El extraordinario momento de una selección suele estar refrendado por la buena salud deportiva de sus clubes. Los Países Bajos asombraron con su 'naranja mecánica' que se quedaba a las puertas de su primer Mundial en 1974. Un escalón alcanzado por Feyenoord y Ajax.

La locura se instaló en Rotterdam con el entorchado europeo de 1970. El entrenador austriaco Ernst Happel construyó un equipo rocoso que remontaba el tanto de Gemell con las dianas de Israel y Ove Kindvall.

escudo del Ajax

El Ajax, archirrival del Feyenoord, se hacía con un histórico triplete en las ediciones que abarcaron los años 1971 y 1973. Panathinaikos -entrenado por Ferenc Puskás-, Inter y Juve fueron las tres víctimas de la escuadra de Ámsterdam en aquellas citas. Cruyff, Rep, Krol y Neskeens formaban la piedra angular de aquellos ajacied, cuyo reinado iba a encontrar el relevo en Múnich.

El poder bávaro
El combinado de Alemania Federal -campeón de mundo en 1974 y subcampeón de europa en 1976- tenía como base al Bayern Múnich. Los bávaros extendieron su dominio por el viejo continente con otro trienio de títulos, desde 1974 a 1976.

El Atlético de Madrid estuvo cerca de llevarse la 'orejona', pero un postrimero tanto de Schwarzenbeck en la prórroga llevó a la repetición del partido donde los 'rojos' no tuvieron piedad. Por aquel entonces, hasta 1976, no existían las tandas de penaltis en caso de empate tras el tiempo extra.

En las posteriores ediciones, Leeds -con dosis de vandalismo por parte de los jugadores y de sus propios hooligans- y el Saint-Etienne sucumbían ante un bloque plagado de grandes referentes del balompié teutón y mundial como Maier, Beckenbauer, Hoeness, torpedo Müller, Roth o Rummenigge.

Football it's coming home
La cuna del fútbol sólo contaba con la gloria del United. La explosión que se produjo a finales de los años 70 derivó en seis años consecutivos en los que la Copa de Europa no salió de Inglaterra. Tres vencedores distintos; uno imaginado y dos inesperados.

escudo del Liverpool

El rojo se había convertido en el color de moda para triunfar en Europa. El doblete 'red' tuvo un primer rival complicado con el Borussia Monchengladbach -Heynckes, Schäfer, Simonsen, Bonhof y Vogts- y un segundo más sencillo con el Brujas como cenicienta y en el que destacaba el míster Ernst Happel.

El Liverpool logró silenciar la marcha de Kevin Keegan, quien fichaba por el Hamburgo después de la final ante el 'Gladbach', para ser sustituido por otra futura leyenda de la ciudad de los Beatles: Kenny Dalglish.

Hablando de entrenadores, el tándem formado por Brian Clough y Peter Taylor eran los siguientes técnicos en inscribir su nombre en el torneo. El Nottingham Forest pasaba a ser el único club con más Copas de Europas que Ligas de sus país, ambas materializadas con sendos 1-0 de Francis y Robertson, los estiletes favoritos de Clough, ante Malmö y Hamburgo, respectivamente.

El bonito cuento de hadas que estaba viviendo el equipo terminó de forma brusca en su tercera tentativa en el máximo campeonato continental, cuando el Forest caía inesperadamente en primera ronda ante el CSKA Sofía.
Peter Taylor y Brian Clough, dos genios de los banquillos británicos.
El Liverpool alcanzaba la final de 1981 después de dejar en la cuneta al Bayern, mientras que el Real Madrid hacía lo propio con el Inter en una eliminatoria recordada por la multitud de objetos lanzados por los tiffosis de San Siro. Una tónica propia de esta década que tendría gravísimas consecuencias en el futuro.

Aquel conjunto merengue, conocido como el 'de los García', contaba con una gran representación de canteranos como Camacho o Vicente del Bosque, junto a dos referentes de la talla de Juanito y Santilla. Un plantel que fue incapaz de ofrecer resistencia ante el equipo de moda del continente: el Liverpool de Bob Paisley, con Kenny Dalglish, Lee, Souness y Kennedy como piezas más notables.

Villa Park, Birmingham
Si el triunfo del Forest había sido inesperado, no menos fue el del Aston Villa en 1982. Los 'villanos' de Birmingham defendían con solvencia y maximizaban los escasos goles que anotaron. No en vano, se plantaron en la final con 5 en 6 encuentros para derrotar al Bayern por 1-0.

Un partido que pasaba a la historia por la actuación de Spink. El portero suplente del Villa relevó al lesionado Rimmer, a los 6 minutos, para firmar una gran actuación frente a los Breitner, Rummenigge o Hoeness. 

El Hamburgo se italianiza
El inmaculado curso del Hamburgo en Bundesliga en la campaña 1982-83, con el récord de 36 partidos invicto -recientemente roto por el Bayern-, necesitaba de una dosis mayor de relevancia. La ruta hacia la cita de Atenas pudo sufrir un traspié con la eliminatoria ante la Real Sociedad, doblegando a los donostiarras tras un polémico arbitraje.

No eran los favoritos frente a la Juventus. Los 'bianconeros' lucían un once con Giovanni Trapattoni en el banquillo, dirigiendo a Gentile, Scirea, Cabrini, Bonini, Platini, Tardelli, Boniek, Bettega y Dino Zoff, el cual era batido por Felix Magath. Un chut que daba la 'orejona' al HSV.  

Magath, HSV, Juventus, goal, gol

El espectáculo de Bruce Grobbelaar
La final más anodina de la Copa de Europa, 1984, estaba condenada a terminar en el punto de penalti. La Roma de Falcao, Cerezo y Conti no aprovechó su condición de anfitrión, se disputaba en el Olímpico romano, desperdiciando la ocasión de coronarse como reyes del continente en casa.

El Liverpool de Dalglish y Rush necesitó de la excéntrica exhibición de su portero sudafricano Grobbelaar, a quien le habían aconsejado hacer muecas y moverse en exceso para despistar al contrario, en una tanda de penaltis que rozó la comedia y concluyó en tragedia 'giallorossi'. La pena máxima decisiva fue obra de Alan Kennedy, el mismo jugador que había marcado en París ante el Real Madrid. Un hombre nada habituado en la faceta goleadora y protagonista en sendas finales.

La reacción de los seguidores romanistas al ver el cuarto título de los 'reds' vaticinaban el negro porvenir que asolaba al fútbol. Unos oscuros nubarrones que descargarían toda su ira en la siguiente temporada, en la tragedia de Heysel.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Las medallas perdidas por Perú en los JJ.OO. de 1936

Los JJ.OO de Berlín, celebrados en 1936, fueron los últimos en disputarse antes de la II Guerra Mundial. La Alemania nazi liderada por Adolf Hitler convirtió la fiesta del olimpismo en parte de su propaganda política, gracias a la habilidad de Joseph Goebbels y la puesta en escena tanto del arquitecto Albert Speer como de la fotógrafa y cineasta Leni Riefenstahl. Richard Strauss era el encargado de poner la nota musical a unos Juegos que pretendían mostrar una nación fuerte y capaz de asumir cualquier reto.

La XI edición resultó ser un éxito deportivo e institucional para los anfitriones. El medallero fue encabezado con autoridad por los teutones con un total de 89 preseas; siendo 33 de ellas de oro, 26 platas y 30 bronces. 

El atleta norteamericano Jesse Owens fue el único deportista que logró ensombrecer el poderío alemán con su triunfo en cuatro disciplinas distintas: 100 metros lisos, 200, salto de longitud y los relevos del 4x100. Todo ello con la inestimable ayuda de su nuevo calzado, preparado por la compañía de los hermanos Dassler -más tarde fundadores de Adidas y Puma-.

Jesse Owens

Italia es el gran rival
El candidato a ocupar el cajón más alto en fútbol era la Italia dirigida por el mítico Vittorio Pozzo, campeón del mundo en 1934 y posterior triunfador en 1938 -único seleccionador con un doblete mundialista-. Los germanos ansiaban con plantar cara a sus 'hermanos' italianos, sabiendo que Austria opositaba a colgarse algún metal. Nadie contaba con Perú, puede que ni ellos mismos. 

16 países disputaron las eliminatorias correspondientes a los octavos de final sin sorpresas en los duelos, a excepción de los nipones: Italia -con más apuros de los previstos y con el juego bronco de Piccini como aval, intimidando tanto al rival como al colegiado-, Noruega, Japón -doblegando a Suecia-, Alemania, Polonia, Austria, Perú y Gran Bretaña avanzaban hacia los cuartos.

El fútbol se le atraganta a Hitler
El 7 de agosto de 1936, a las 17:30 horas, se disputaban dos choques claves en Berlín: por un lado, Italia vapuleaba a Japón por 8-0 y por otro, Alemania caía ante Noruega 2-0 con los altos mandos del III Reich, incluyendo al Führer, en el palco de autoridades, además de 55.000 enfervorecidos seguidores en las gradas que no daban crédito a la derrota. Un descalabro mayúsculo que enfureció al propio Adolf Hitler.

La eliminación de los anfitriones hizo que la atención del público y de los militares nazis recayera sobre los dos selecciones aliadas que todavía permanecían con posibilidades en el torneo: Italia y, en especial, Austria, quienes carecían el brillo del 'wunderteam' de Sindelar, al tratarse de un combinado amateur.
Balón utilizado en la cita olímpica de 1936. Foto extraída de wikipedia y subida por Christos Vittoratos.
Perú se suma a la fiesta
El espectáculo ofrecido por la eliminatoria entre Polonia y Gran Bretaña, con un apurado triunfo centroeuropeo por 5-4, tuvo su reflejo en el choque entre Perú y Austria. La prórroga fue franjirroja, tras el 2-2 con el que terminaron los 90 minutos. Los arietes peruanos Lolo Fernández -de Universitario- y Alejandro Villanueva -de Alianza Lima- anotaron otros dos dianas en el tiempo suplementario, además de otro par previamente anulados por el colegiado noruego.

No iba a ser suficiente para que la bicolor alcanzara las semifinales. Numerosos aficionados habían saltado al terreno de juego lesionando a varios integrantes del conjunto austriaco. La federación europea pidió inmediatamente invalidar el partido por tal infracción.
Perú-Austria, 1936

Según el diario inglés The Daily Sketch, hasta un millar de seguidores peruanos, fuertemente armados, habrían invadido el césped del Hertha aquella tarde. Un extraño suceso que motivó a los dirigentes deportivos repetir el enfrentamiento, sin el visto bueno de la delegación peruana.

La blanquirroja, ofendida, hizo sus maletas y se marchó a casa con toda su delegación formada por casi 60 deportistas, con el apoyo solidario de Colombia en el boicot a la organización de unos Juegos que les había dado la espalda. Austria pasaba de ronda con un simbólico 2-0, por no presentarse su rival.

Mitos y leyendas del Perú-Austria
Durante muchos años se dio por buena la teoría de que Perú, al contar con tres integrantes de color en su equipo, resultaba una ofensa para el III Reich y había sido objeto de un ultraje por racismo y xenofobia. El propio Hitler habría sido el principal responsable de presionar a los máximos organismos deportivos para impedir la 'humillación' que habían recibido los austriacos, representantes de la raza aria.

En los últimos años están surgiendo periodistas que respaldan la tesis oficial, como Luis Carlos Arias Schreiber, quien avala las agresiones a los futbolistas y el silencio de la prensa sudamericana, otro como Teodoro Salazar habla de que el combinado nacional incluso tenía pensado acudir a la posterior citación ante la FIFA pero se quedaron atrapados en un monumental atasco por un desfile militar.

Además, hay quien argumenta que el público accedió al césped al finalizar los 90 minutos, justo cuando el choque reflejaba el 2-2. Desmontando, de este modo, la extendida opinión popular acerca de este duelo.
Vencedores sin medalla
Sea como fuere, Perú perdió una histórica oportunidad de inscribir su nombre en algunos de los puestos del pódium. Los rojiblancos sólo han participado dos veces en los Juegos Olímpicos y en 1936 fue el momento que más cerca estuvieron de llevarse una medalla en fútbol.

Italia se bañó en oro con los tantos de Annibale Frossi ante su contrincante en la final, Austria, quienes previamente habían vencido a Polonia, cuarto en el palmarés tras Noruega, bronce en esta cita berlinesa. Cualquiera de dichos enfrentamientos, bien podría haber tenido a Perú como semifinalista, dado el potencial exhibido.
Entrada al túnel Punta Olímpica, foto subida por Manuel Roca.
El recibimiento a la selección en Callao, en septiembre de 1936, fue digna de la de un campeón, de unos jugadores que adquirieron carácter de héroes, casi mitos, con el paso de los años y a los que todavía se recuerda en el país. Incluso existe un túnel en honor a aquel triunfo por 4-2: el paso andino de Punta Olímpica, situado a mas de 4.000 metros de altitud; tan cerca del cielo como lo estuvieron en Berlín.

martes, 26 de noviembre de 2013

La vieja Copa de Europa entra a escena (1956-66)

La idea de crear una competición internacional de clubes rondaba la cabeza de muchos dirigentes europeos. El éxito de la Copa Mitropa -nacida en 1927 con conjuntos de Austria, Hungría, Italia y Checoslovaquia- y la Copa Latina -torneo internacional para escuadras de Italia, Portugal, Francia y España que se disputó desde 1949 a 1957- servían de germen para plantear un campeonato que englobara a toda Europa.

El servicio al fútbol del Civil Service
Las giras de los equipos eran otro precedente. Uno de los pioneros en esta circunstancia fue el mítico Civil Service, fundado en 1963, club presente en la confección de las trece reglas del fútbol y uno de los doce fundadores tanto de la Football Association (F.A.) como de la Rugby Football Union. Sus viajes por el viejo continente les llevó a enfrentarse contra Real Madrid, Barcelona y Benfica.

Civil Service F.C.
Formación del Civil Service F.C. en 1893.

Actualmente, la institución sigue permaneciendo con un carácter amateur. Si bien, ha tenido el privilegio de jugar recientemente -octubre de 2013- un partido en los jardines de Buckingham Palace frente a sus archirrivales del Polytechnic FC, en presencia del Príncipe Guillermo, como parte de la celebración del 150 aniversario de la F.A. Un bonito homenaje a dos clásicos del fútbol londinense cuya rivalidad arrastra 120 años de enfrentamientos.

Los lobos se coronan reyes del mundo
Los partidos internacionales del Wolverhampton Wanderers son claves para entender el nacimiento de la Copa de Europa. Los 'wolves' tenían el prestigio de ser el primer vencedor del F.A. Cup -1872- y de la Liga de 1954. Una victoria que los animó a enfrentarse a grandes instituciones extranjeras. Los triunfos ante Spartak de Moscú y Budapest Honved propiciaron para que los cronistas ingleses del Daily Mail autoproclamaran al equipo como el mejor del mundo.

Billy Wright, Wolves
Billy Wright, capitán de los 'Wolves' en la década de los 50.

Las columnas del L'Equipe
El viejo sueño de dos periodistas franceses tomaba forma. Jacques Ferran y Gabriel Hanot -quien había sido también futbolista y espectador de los partidos de los Wolves- eran los ideólogos del proyecto de crear un campeonato europeo, un sueño que tanto tiempo llevaban fraguando en sus cabezas y que habían presentado en distintas reuniones, celebradas en París, a los grandes colosos continentales.

Así lo hizo saber el editor Jacques de Ryswick, en su columna de L'Equipe, preguntándose si era el momento de confeccionar un torneo europeo donde emparejar a los campeones de cada país. El Real Madrid aceptaba el envite.

L'Equipe logo

En la primavera de 1955 se producía una reunión en un hotel cercano a los Campos Elíseos. Por un lado estaba Jacques de Ryswick, redactor jefe del diario galo - también organizador del Tour de Francia- y por otro lado Santiago Bernabéu, presidente del conjunto blanco, y Raimundo Saporta, quien ejercía de improvisado traductor. Sólo faltaba que el máximo organismo internacional alabara la propuesta.

Tras el visto bueno de la UEFA, 16 clubes fueron invitados a participar en la primera edición en la cual sólo 8 de ellos eran vencedores de sus Ligas domésticas. Entre ellos, un histórico de aquel entonces como el Saarbrücken, un escuadra alemana que había humillado en sendos amistosos al Liverpool y al Real Madrid. Inglaterra, como ocurrió con los Mundiales, rechazaba ser representado, aunque tardó sólo un año en pedir su inclusión.

El 4 de septiembre de 1955, Sporting de Portugal y Partizan de Belgrado inauguraban la Copa de Europa con 3-3 en el marcador del Estadio Nacional de Lisboa. Martins estrenaba el listado de goleadores de la competición.

banderín Sporting Portugal

El lustro mágico del Real Madrid
El propulsor de la Copa de Europa se llevaba las cinco primeras ediciones. Desde 1956 a 1960 el color blanco se impuso por el viejo continente.

La Federación Española de Fútbol fue la primera que contaba con dos representantes por cita, a partir del segundo entorchado merengue que seguía sumando víctimas: Stade de Reims, en dos ocasiones, Milan -tras una prórroga-, Fiorentina y el Eintracht Frankfurt fueron derrotados en dichas finales, donde Di Stéfano y Puskás agrandaban su leyenda en la historia del fútbol, secundados por jugadores como Gento, Rial, Kopa o Miguel Muñoz, quien se convertía en el primer técnico en ganar la Copa de Europa tras haberlo hecho como jugador.

El desastre aéreo de Múnich
Este lustro de éxitos madridistas está marcado también por un hecho luctuoso que asoló al deporte. El Manchester United regresaba de Belgrado, en la temporada 1957-58, tras haber eliminado al Estrella Roja. La aeronave realizó una parada en Múnich donde las inclemencias meteorológicas y el estado del avión contribuyeron al fatal desenlace. Fueron 23 los pasajeros que dejaron la vida en la capital bávara, ocho de ellos miembros de la primera plantilla de los 'diablos rojos'.

Entre los supervivientes se encontraban Bobby Charlton y Bill Foulkes -fallecido recientemente-, dos de los pilares en los que se asentaría el United del técnico Matt Busby, quien también regateó a la muerte en aquella fría tarde muniquesa.

Un reloj situado en las afueras de Old Trafford marca la hora de la tragedia y la fecha del accidente -6 de febrero de 1958- que dio al traste con una prometedora generación de futbolistas y que anticipaba la llegada de otra hornada: los llamados 'Busby Babes'.

Bela Guttmann y los palos de Berna
El entrenador húngaro Bela Guttmann protagonizó las dos siguientes ediciones, 1961 y 1962, dirigiendo al Benfica. La eliminación del Real Madrid, en primera ronda y a manos del Barcelona, permitió a los culés alcanzar la final de Berna donde las águilas encarnadas esperaban. El Barça contaba con una notable plantilla con Ramallets, Luis Suárez, Kubala, Kocsis y Czibor.

Aquel partido de 1961 se recuerda por los postes cuadrados, lugar donde fueron a parar cuatro lanzamientos azulgranas alargando el maleficio que existía en ese terreno de juego para los jugadores húngaros, los cuales habían caído eliminados también en ese césped durante la fatídica final del Mundial de 1954.

El triunfo de los lisboetas se refrendaba un año después con el Real Madrid como rival y Eusebio como nueva estrella benfiquista. Un segundo título que parecía abrir un dominio abrumador de los encarnados y que fue frenado por una equivocada decisión.


El bicampeón de Europa prescindía de los servicios del técnico Guttmann al año siguiente por pedir un aumento de sueldo, un despido de desagradables consecuencias. El míster pronunció una premonitoria frase a su salida: "sin mí, el Benfica no volvería a ser campeón de Europa", y así ha sido desde entonces.

Milán, la ciudad campeona
Sólo tardaron un año los portugueses en medir la fiabilidad de la maldición. El Milan se coronaba nuevo rey de Europa. Aquel Milan contaba con Cesare Maldini, Trappatoni, Rivera y Altafini, autor de los dos tantos que dieron el triunfo. Los 'rossoneri' superaban el gol de Eusebio y estrenaban el palmarés para Italia.

Los vecinos de ciudad, el Inter, tomaban el relevo por dos ocasiones. Con Helenio Herrera en el banquillo y un once muy compensado compuesto por Facchetti, Jair, Picchi, Luis Suárez -traspasado desde el Barcelona- y Sandro Mazzola, entre otros, que sirvió para destronar a los dos mitos del momento en sendas finales consecutivas: Real Madrid (1964) y Benfica (1965).

Luis Suárez, único jugador español premiado con el 'Balón de Oro'
La capital de Lombardía, Milán, se convertía en la primera, y hasta ahora única ciudad, en contar con dos de sus clubes como campeones de Europa. Sandro Mazzola relevaba a su padre como histórico goleador del fútbol transalpino anotando un doblete en la cita ante los merengues. Valentino Mazzola había sido el capitán del mítico Torino que se accidentó en la basílica de Superga en 1949.

El último coletazo del Real Madrid
El denominado Madrid de los "ye-ye", apodo surgido de la canción She Loves You de los Beatles, compuesto por once futbolistas españoles -donde destacaban Amancio, Sanchís, Zoco, Pirri, y Gento- cerraba el círculo de triunfos blancos con la sexta Copa de Europa ante el Partizan de Belgrado, todas ellas disputadas por Paco Gento, único futbolista en tener seis entorchados europeos.

El Santiago Bernabéu tardaría más de tres décadas en volver a abrir sus vitrinas para otra 'orejona' y sería precisamente el hijo de Sanchís -Ámsterdam, 1998-, el que retomara el papel realizado por su progenitor.

Copa de Europa
Foto tomada por Roberto en el Santiago Bernabéu.

Coincidiendo con el final de esta edición, la de 1966, se cambiaba el trofeo que había sido hasta entonces donado por el diario francés L'Equipe. La copa pasaba a ser propiedad del Real Madrid, a partir de marzo de 1967.

La FIFA rediseñaba el galardón bajo el boceto de un joyero helvético y un coste de unos 10.000 marcos suizos. Se trataba de un premio de 11 kilos de plata que todo club ansiaba con levantar. El Celtic de Glasgow iba a ser el primero en probar el peso del éxito. La vieja Copa de Europa había entrado a escena y era el botín más preciado por todos los equipos del continente.

domingo, 10 de noviembre de 2013

La entrega de Brett Anderson conquista Madrid

La relación entre los cantantes y otros miembros de la banda son parte de la esencia de la historia de la música pop-rock: rivalidades, envidias y excesos de egos que han terminado por romper en algunos casos la trayectoria de algunas bandas. Suede no fue una excepción.

Suede, la gran esperanza británica
Los críticos musicales abrazaron con ternura el nacimiento de Suede. Su irrupción coincidió con el de otras formaciones británicas que devolvían a los grupos del país a conquistar las ondas, en detrimento de otros estilos que arrasaban desde Estados Unidos como un temido huracán.

Blur, Oasis, Pulp, Elastica, Radiohead, Placebo y los propios Suede fueron etiquetados en los primeros años de la década de los 90 como britpop, un orgulloso sello de identidad que a la vez servía como denominación de origen. La prensa anglosajona se frotaba las manos con esta espontánea generación musical a la que mimaba, en ocasiones en exceso, y que seguía la estela de los Stone Roses.

Suede en 1992 aparecía en la publicación "Melody Maker" tildándoles como la gran esperanza de las islas. Eran unos jóvenes imberbes que todavía no disponían de un disco de debut y ya sentían tanto las miradas del público como de la prensa especializada.


Cumpliendo con creces
Los focos de la actualidad del movimiento se situaron al principio sobre Blur y Oasis, cuyas riñas reescribían los desencuentros ya vividos por otras formaciones, alimentando páginas con incendiarias declaraciones y generosos titulares. Un escenario aparentemente poco adecuado para sobresalir en portada.

Los dos primeros discos de Suede resultaron extraordinarios, como si el combo capitaneado por Brett Anderson hubiera dedicado su tiempo sólo a componer, evitando distracciones de los medios de comunicación.

'Suede' (1993) y 'Dog Man Star' (1994) sonaban sobresalientes, soberbios, un torrente de frescura entre la mediocridad. Un pop-rock elegante y sensible que cautivaba desde la primera estrofa. Brett Anderson y su lugarteniente Bernard Butler recibían alabanzas y símiles por doquier. David Bowie parecía haber encontrado un digno heredero.
Suede, Suede, Dog Man Star

El personal carácter de Bernard Butler distanció poco a poco al guitarrista del resto de compañeros. Su anunciada despedida no pillaba a nadie sorprendido. Su lugar era reemplazado por un joven seguidor del grupo, Richard Oakes, quien mostraba grandes aptitudes en las seis cuerdas.

El precio que tuvieron que pagar fue elevado. Suede perdía gran parte de su carisma compositiva con la salida de Butler y pronto se plasmó en los siguientes trabajos: 'Coming Up' (1996) todavía conservaba algo de frescura, una magia que se iba evaporando a medida que pasaban los años. 'Head Music' y, en especial, 'A New Morning' (2002) hacían presagiar oscuros nubarrones sobre el grupo, cuya escasa repercusión comercial condenaba al combo londinense a comunicar su disolución.

Los inesperados regresos
Dos sorpresas esperaban a los fans en el nuevo milenio. Primero, la reconciliación de Anderson y Butler junto con la edición de un proyecto paralelo que tomaba por nombre The Tears (2005). Y por otro, el regreso de Suede para 2011. Sin embargo, ambas noticias no eran del todo satisfactorias. The Tears no terminaba de cuajar y la vuelta a los escenarios de Suede sería sin Butler.

Con estas premisas desembarcaban en Madrid tras una década sin pisar los escenarios de la capital y con un nuevo disco bajo el brazo: 'Bloodsports' (2013).

Suede

Suede, La Riviera de Madrid -9 de noviembre de 2013-
Madrid es una plaza segura para Suede. El cartel de no hay billetes confirmaba el tirón mediático que atesora el grupo en España. Por eso, el quinteto salió a escena con una aplastante seguridad y un repertorio arriesgado, tan itinerante como la gira que están ofreciendo por Europa.

Brett Anderson hacía el papel de maestro de ceremonias, con camisa blanca, pantalón oscuro y su inconfundible sonrisa. El público no necesitaba más. La contagiosa energía de Anderson ejercía de contrapunto con la actitud estática de sus compañeros, a excepción de un entregado Oakes. Las luces estaban sobre Brett y también las miradas del local. Eso era lo esencial.

Brett Anderson, Madrid, Suede
El repertorio empezó de la mejor manera posible con un Daddy's Speeding lento y sosegado que abría terreno para la más de hora y media prevista. La oportunidad de presentar 'Bloodsports' no era desperdiciada y tres cortes aparecían de una tacada, un arriesgado experimento que ponía a prueba la fidelidad de Madrid.

Todo salía a pedir de boca. Los temas se iban desgranando con la misma facilidad con la que la camisa de Anderson se empapaba de sudor. A él le daba igual, estaba en su salsa y hasta se permitía interpretar una cara-b  como Killing Of A Flash Boy tras rescatar a la audiencia con el Animal Nitrate y posteriormente con The Drowners.

Los cartuchos se iban agotando y quedaban algunas balas perdidas en el camino -imperdonable que no sonaran We Are The Pigs, Everything Will Flow, My Dark Star o Pantomime Horse- . Poco importaba, sus cuatro compañeros de fatigas asemejaban un atrezo donde Anderson rememoraba sus poses del pasado, siempre estudiadas, y los baños de multitudes de los que tanto disfruta. Él era la indiscutible estrella de la noche.


El final del concierto era una vorágine de emociones: Still Life era cantada con una infinita delicadeza que contrastaba con la agresividad del So Young, revelador título para un hombre que presenta un aspecto tan jovial, casi el mismo que deslumbró al mundo entero en aquel concierto de la MTV emitido en 1993.

Metal Mickey y Beautiful Ones ponían el punto y seguido para la traca final compuesta de una inesperada She's In Fashion -en acústico- y un lógico cierre a través de New Generation. Un himno adecuado para despedir a su vieja legión de seguidores que han disfrutado del regreso de un clásico de los noventa y de una de las mejores voces del pop-rock.

lunes, 4 de noviembre de 2013

El hilo de los 'Liebster Awards': Mis 11 elegidos

He sido recientemente mencionado por mi tocayo Álvaro Rojas, autor de Anhelarium, en un premio creado por dueños de bitácoras para premiar otros blogs. En mi caso, estoy dentro de la categoría de sitios con menos de 200 seguidores.

Lo primero, muchas gracias Álvaro por votarme. No sabía que siguieras mi blog. Ha sido una grata sorpresa que me eligieras entre tus favoritos. Además de conocer tu web, me has permitido descubrir otros sitios como 'mentalparadise'.

Las reglas de los 'Liebster Awards' son las siguientes:
  • Nombrar y agradecer el premio a la persona/blog que te lo concedió.
  • Responder a las 11 preguntas que te formule.
  • Conceder el premio a 11 blogs (mínimo 5 máximo 11) que te gusten y que estén empezando (menos de 100 seguidores)
  • Formular 11 preguntas para que respondan los bloggers a los que premias.
  • Visitar los blogs que han sido premiados junto con el tuyo.
  • Informar a los bloggers de su premio.
Estas son las preguntas que nos dejó Álvaro Rojas:

• ¿Qué tipo de música es tu favorita y cuál es la que menos te gusta?
Lo que más escucho es rock, el practicado a partir de los años 80 en todas sus vertientes -A.O.R, hard rock, heavy, grunge, alternativa, punk, metal, industrial, thrash, gótico...- .

El estilo que menos me gusta es la mal llamada ‘música latina’ y todos esos productos prefabricados de artistas que tanto pululan por España, nunca he podido con ese tipo de radiofórmulas o los artistas surgidos de Operación Triunfo.

¿Qué cambios harías en la esfera sociopolítica de España? 
Muchos. Un cambio de raíz, quitaría gran parte de la clase dirigente y colocaría a verdaderos especialistas en cada uno de los campos. Algo similar a lo que se intentó en Italia pero en una versión mejorada. Daría puestos de gobierno a personas con una respetada carrera profesional y que fueran gurús en sus campos.

¿Qué político te parece el más honrado y capacitado para su puesto y por qué?
Ahora mismo, este premio está desierto.

¿Cuál es la película que más marcó tu niñez?
'Regreso al futuro'. Mi sueño es tener un DeLorean. ;-)
Foto tomada de wikipedia.

¿Qué opinión tienes acerca de la filosofía clásica, y cuál es tu filósofo favorito de la época y por qué?
Hace tiempo que no leo a ningún filósofo. Si tengo que elegir a uno me quedo a Confucio por sus frases, siempre me parecieron actuales y muy acertadas: "Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida". Una gran verdad.

¿Cuál es el acontecimiento histórico que más te cautiva?
El descubrimiento de la electricidad. Fue uno de esos días en los que empezó a cambiar el mundo.

Si fueras un prestigioso reportero de National Geographic, ¿cuál sería el lugar elegido por ti para hacer el documental de tu vida?
Varios, habría que desandar todos los pasos que he dado para llegar a dónde estoy.

¿Qué súper poder te gustaría tener y por qué?
Poder trasladarme en el tiempo, aunque no sé si es un súper-poder.

¿Qué opinión tienes sobre el aborto? 
En contra, aunque estoy a favor de incluir algunos supuestos como la violación y aquellos en los que se ponga en peligro la salud tanto de la madre como del hijo. Es un debate que daría mucho que hablar, de hecho todos los países tienen legislaciones diferentes al respecto.

¿Dónde y con quién te irías de vacaciones si tuvieras mucho dinero para gastar? 
Ya he ido con gente a la que quiero a algunos de los viajes que deseaba hacer aunque no fuera con mucho dinero. De los que me queda por ver, y fantaseando: a Japón con Scarlett Johansson -para revivir Lost In Traslation- y a Estados Unidos con el director Cameron Crowe, pasando por Seattle ;-).

Si tuvieras que abrir un segundo blog, ¿sobre qué trataría? 
De viajes. Aunque ya no me muevo tanto como para pensar en abrirlo. En una de las empresas en las que estuve solía hacer una crónica de los países que visitaba, mezclaba el humor con los sitios más interesantes para visitar y parece que gustaban las crónicas.

Aquí van mis 11 elegidos:
  • Fútbol y pasiones políticas: Me encantan los artículos que escribe Gonzalo. Es de los blogs con el que me siento más identificado.
  • Descubre las promesas del mundo: Hay mucho trabajo detrás, demasiado, no sé cómo lo hace para presentar a nuevos jugadores cada poco tiempo. Son futbolistas desconocidos que apuntan maneras y Borja detalla sus evoluciones.
  • Los mundos de Jairo: Su secreto es crear fidelidad con el que visita su espacio. Y lo consigue. Sólo nos falta que toque la quiniela algún día.
  • Canciones de Buen Rollo: Cuatro editores dan vida a un blog donde la música fluye en el aire.
  • Visto desde atrás: Humor sencillo a través de las viñetas de unos simpáticos animales. ¡Una burrada de sitio!
  • Adelgazar 10 años: Para nada soy el público al que va dirigido esta web pero soy asiduo, en parte por el aprecio a la autora y porque logra transmitir lo que siente. Algo que valoro mucho.
  • El blog de Molly Una oveja viajera con espíritu de Amélie.
  • Recuerdos de Calamocha: A veces me falla no vivir allí para comprender lo que cuenta, pero siempre me gusta dar un paseo virtual por Calamocha.
  • Diario de un entrenador soñador: Por la valiente apuesta de hablar de balonmano. Un deporte con tradición en España pero que ha perdido terreno con los años respecto al fútbol y básket.

Terminamos con arte:
  • Arte Naif: Coloridos, vivos y alegres cuadros pintados por Ana Sánchez.
  • Musa Molona: Mi segunda casa en la red. Es cierto que conozco personalmente al autor y eso puede llevar a pensar que le ensalzo por amistad. Aunque fuera un desconocido también valoraría los retratos y sus obras abstractas, que es donde sorprende. Esas cascadas mentales...

No he podido votar a algunos de mis refugios habituales en la red como las fotografías de Pollobarba, la web de Robin Jú -tiene 476 merecidos seguidores en google +-, Mi modo de ver la vida -el espacio de Towanda supera los 700 fans- o Secretos de Madrid, que juegan en otra división. Así como, Diarios de fútbol o El enganche, referentes del balompié en internet.


Estas son las preguntas que lanzo desde 'Memorias de una cinta VHS':

1. ¿En qué animal te reencarnarías? ¿Por qué?
2. ¿Cuál es la canción que te levanta el ánimo?
3. ¿Qué película no puedes dejar de ver sin derramar una lágrima?
4. ¿Qué estabas haciendo cuando te enteraste de los atentados de las Torres Gemelas?
5. Si pudieras viajar en el tiempo, ¿a cuál fecha acudirías?
6. ¿Crees que el hombre llegó a la Luna?
7. ¿Te consideras adicto al móvil o a internet?
8. ¿Cuál fue el regalo de Navidad que siempre te faltó?
9. ¿Qué película te hubiera gustado dirigir?
10. ¿Monarquía o república?
11. ¿Qué es lo primero que recuerdas de tu infancia?

lunes, 28 de octubre de 2013

El refugio del punk norteamericano: el toldo del CBGB

El peso de la cultura estadounidense sobre Europa ha sido notorio desde el siglo XX. El cine y la música han ayudado a que el estilo de vida americano se trasladara a otros puntos del planeta, convirtiendo a la ciudad de Nueva York en la capital del mundo.

vista de Manhatan, Nueva York

En el corazón de Manhattan, un pequeño bar abierto en 1973 iba a servir de trampolín para futuras bandas. Un templo del rock en el que su dueño, Hilly Kristal, terminó viendo desfilar a gran parte de los protagonistas de la música punk y del new wave -derivación del punk a la que se le fue sumando elementos como teclados o instrumentos electrónicos, un anticipo del gótico y del synth pop-.

mapa CBGB
El CBGB
El nombre completo del local era CBGB & OMFUG. Un confuso título que respondía a las iniciales de "Country BlueGrass Blues" y "Other Music For Uplifting Gormandizers". La primera parte se debe a tres géneros musicales: Country, blues y bluegrass -o música folk tradicional irlandesa y escocesa-. La segunda corresponde a una frase del propietario para referirse al abanico de estilos que se escapaban de la anterior definición, englobándolos en la frase "otra música para melómanos glotones".

Para acortar, los habituales se referían al sitio como CB's. Un espacio que abría sus puertas a todo tipo de expresión de cultura, incluyendo la lectura de poemas, y que acabó siendo, contra todo pronóstico, la cuna del punk americano. Allí acudía un público tan variopinto y selecto como Andy Warhol, Paul Simon, Mick Jagger o Bruce Springsteen.

Fachada del CBGB, foto tomada por Adam Di Carlo.
Una concentración de estrellas bajo el toldo
La lista de grupos que tocaron tras el famoso toldo del 315 de la calle Bowery es amplia. Un elenco encabezado inicialmente por Willy Deville, Television, Misfits, The Police, Talking Heads, Blondie, B-52, The Cramps, Patti Smith, The Dictators y The Ramones, responsables de asociar al punk con el CBGB.

La ubicación del CBGB parecía la más indicada para apadrinar el punk estadounidense. El estilo musical venido de Londres propio de los desheredados, nihilistas y políticamente incorrectos tenía un altavoz adecuado en un barrio sin apenas atractivo turístico ni comercial, con alto grado de delincuencia y poblado tanto por antiguos veteranos de guerra como jóvenes sin futuro desencantados por la sociedad.

The Ramones
Los Ramones fueron los grandes apadrinados de Hilly Kristal. La formación practicaba una música simple ajena a las complejas composiciones que imperaban en aquella década en el rock. El sonido vivo y directo era el adecuado para ser interpretado en una sala de tales dimensiones.  El 16 de agosto de 1974 comenzaba el matrimonio entre Ramones y CBGB con el primer concierto del cuarteto en el recinto. Un idilio que se mantendría durante muchos años, siendo uno de las paradas habituales en sus giras

El combo formado en Queens tenía ingredientes suficientes para pasar al estrellato. Los miembros acogían el apellido Ramone a la par que se enfundaban las chaquetas de cuero, un efectivo caparazón con el que interpretar un repertorio que invitaban a la alegría y a la fiesta. Todo ello bajo un icónico logotipo inspirado en el sello presidencial del gobierno del país y que aún pervive en la cultura popular y urbana.

Blitzkrieg Bop, Sheena Is A Punk Rocker, Do You Remember Rock & Roll Radio o I Wanna Be Sedated  entraban en el listado de clásicos de la formación. Los Ramones disfrutaban del éxito personal que chocaba con los problemas personales vividos en el seno del grupo. 

En recuerdo a los Ramones, el cantante Joey Ramone -fallecido a comienzos del siglo XXI, al igual que Johnny y Dee Dee- dispone de una plaza en su querida Nueva York en la intersección de East Second con Bowery, cerca de lo que fue el CBGB.

Patti Smith
La llamada 'madrina del punk' ponía el toque femenino e intelectual al estilo punk. Patti Smith editó en 1975 su disco de debut llamado 'Horses', aunque no era la única faceta artística en la que se desenvolviera. Su paso por París acentuaron su pasión por la interpretación, la pintura o la poesía. Una mujer polifacética que empezó siendo asidua a las sesiones nocturnas del CBGB para terminar como parte de él y que dejaba perlas musicales como el Because The Night, coescrita con Bruce Springsteen.
 
The Dictators
Los Dictators son otra formación de la 'gran manzana' clave en la historia del punk y habitual en el CBGB. La carrera del grupo, donde todos sus integrantes actualmente son judíos, arranca en 1973 y abarca varias décadas, si bien su producción discográfica es escasa para el tiempo que han permanecido en escena.

La formación siempre ha contado con la presencia de Ross "The Boss" Friedman, miembro original del grupo y uno de los pilares donde se asentó una leyenda del heavy-metal como Manowar, donde participó en la etapa dorada del grupo desde 'Battle Hymns' a 'Kings Of Metal', o lo que es lo mismo desde 1979 hasta 1988.


El célebre Who Will Save Rock And Roll? de los Dictators parecía la historia del desenlace del CBGB.

El CBGB echa el toldo
Los problemas económicos, y las presiones municipales del alcalde Guiliani acabaron con la mística en 2006. Las viejas paredes repletas de grafitis y el viejo toldo dejaban atrás 32 años de conciertos. El germen del punk perdía una referencia y la música uno de sus garitos más mágicos. No en vano, Guns N' Roses ofreció un acústico en 1988, Bad Religion dejaba su huella y Pearl Jam actuaban en 1991 para su club de fans.

Entre el 9 y el 13 de octubre se anunciaron los últimos shows en el CBGB. The Dictators cerró la serie antes del concierto final ofrecido el día 15 con participación de Blondie, Patti Smith y Flea de Red Hot Chili Peppers. El setlist concluyó con el Gloria de Van Morrison intercalado con los grandes éxitos de los Ramones.

El final del sueño de Kristal
Hilly Kristal, dueño del local, fallecía apenas unos meses más tarde del cierre definitivo. Una de las lonas de su local, dado que la original fue robada a mediados de los 80, se trasladó al museo del Rock and Roll de Cleveland, Ohio, donde es exhibido como una reliquia de la música.

Una tienda de ropa masculina, John Varvatos, ocupa actualmente el local. Los diseñadores optaron por respetar la nostalgia del establecimiento con innumerables guiños al rock: discos de oro, guitarras, bajos, pintadas en las paredes y fotos de los Ramones decoran la nave.

El director de cine Randall Miller presentó durante este año una película dedicada a todos los momentos vividos en aquel local de Hilly Kristal. El título elegido para la cinta fueron las mismas cuatro letras que asomaron en aquella vieja tela blanca donde se refugió la música punk: el CBGB.