New England Patriots ha vencido en la 49ª edición de la Super Bowl (XLIX) al imponerse ante Seatlle Seahawks por un ajustado 28-24 en el University of Phoenix Stadium, sede habitual de los Arizona Cardinals, estadio donde curiosamente perdieron la Super Bowl los Patriots en 2008.
La franquicia de Foxborough (Massachusetts), a escasos kilómetros de Boston, entra en el selecto grupo de franquicias con cuatro trofeos Vince Lombardi. Un póquer conseguido en este milenio: 2002, 2004, 2005 y 2015.
El sexteto de instituciones con más títulos queda ahora conformado por: Pittsburgh Steelers (6 títulos), Dallas Cowboys y San Francisco 49ers (5), Green Bay Packers, New York Giants y New England Patriots (4)-
Tom Brady, mariscal de campo de los Patriots, también se incorpora a otro selecto club, el de los deportistas con más anillos de la NFL. Lo que le sitúa a la altura de Terry Bradshaw, de Pittsburgh Steelers, y Joe Montana, la leyenda de los San Francisco 46ers, icono idolatrado por el propio Brady y al que ahora alcanza.
La polémica suscitada en la final de la Conferencia Americana, entre Patriots y Colts, a causa de la
presión utilizada en los balones usados, obligó a una mayor vigilancia en los 108 ovoides elegidos para la cita de Arizona.
Otra de las circunstancias singulares de este evento es que se trata de un
duelo inédito. Nunca antes Patriots y Seahawks se habían enfrentado en un choque que a la vez sirve para confrontar a dos de los dominadores del fútbol americano en el siglo XXI, nueve finales suman entre ambos desde el cambio de milenio.
Seahawks vs Patriots
La intensidad defensiva mostrada por ambos equipos hizo que tuvieran que pasar siete minutos hasta que alguien osara con cruzar la mitad del terreno del otro. Fue en un largo
drive de los Patriots conducido por
Tom Brady que terminó interceptado en la
end zone por parte de Jeremy Lane, recuperando el oval para los Seahawks.
Con 0-0 en el electrónico se cerró este primer cuarto, donde destacaron las zagas de sendos equipos por encima de los ataques.
La movilidad de Russell Wilson no fue suficiente para que el equipo de la costa oeste lograra avanzar terreno. A pesar de la extraordinaria cobertura, la mano del
quaterback de Seattle no localizaba a ningún compañero y sus carreras se perdían en mínimas ganancias que pronto cambiaban de mando.
Patriots no desaprovechó su siguiente opción. Un cruce de Edelman abrió hueco para New England, preámbulo del primer
touchdown merced a la conexión entre Brady y LaFell. Nueve jugadas para sumar el objetivo de los siete puntos.
El ataque de Massachusetts monopolizaba estos dos cuartos de la Super Bowl frente a la nula aportación de Wilson, quien sólo había podido realizar dos pases en 22 minutos de encuentro.
Justo en el momento que más se echaba de menos a Wilson es cuando asomó su muñeca con un pase a Matthews en su primera captura, nada más y nada menos que 44 yardas para plantarse a escasas 10 yardas, distancia finiquitada por Marshawn Lynch, bautizado como la 'Bestia' y haciendo honor a su apodo.
El 7-7 se mantuvo durante un corto espacio de tiempo. Después de los 2 minutos de publicidad, volvieron a anotar los de Nueva Inglaterra en un eléctrico ataque resulto con un balón definitivo de 24 yardas hacia Rob Gronkowski.
Pero no todo estaba dicho, los 30 segundos restantes del reloj dieron mucho de sí para un recuperado ataque del cuadro de Seattle, con una recepción de nuevo resuelta por Matthews, saltando a un servicio alto para firmar el empate a 14.
Después del espectáculo musical del descanso, que contó en esta edición con Katy Perry y Lenny Kravitz, regresó el oval sobre el césped de Arizona.
Wilson de nuevo localizó a Mattews, hasta este momento de la temporada casi inédito, para meterse dentro del territorio rival. Un
drive que permitió a Seattle adelantarse por primera vez merced a un
field goal.
Tom Brady, la estrella de los Patriots, comenzó a sentir mayor presión en este periodo, llegando a sufrir una segunda intercepción, obra de Wagner.
El duelo había variado totalmente. Una endiablada carrera de Lynch hizo de ariete dentro de la muralla de los Pats para que Wilson ejecutara la estrategia con Baldwin, confirmando el segundo
touchdown del
quaterback de los Seahawks, 14-24 para los Halcones Marinos de Seattle. Pero no estaba todo decidido.
El argumento de la defensa permitió conservar el electrónico a sendos conjuntos. Una situación que favorecía a los
vigentes campeones, dado que el reloj corría y la brecha de 10 puntos permanecía intacta.
El general de campo de New England tomó las riendas a falta de 10 minutos para liderar una embestida con Edelman de escudero y Amendola de último acompañante en este TD histórico que superaba el récord del mito Joe Montana. 21-24 a falta de ocho minutos. La igualdad prometida estaba cumpliendo con las previsiones.
Los nervios afloraban a medida que el tiempo se acortaba. El largo
drive, a falta de 5 minutos, tuvo en esta ocasión con Rob Gronkowski de principal socio de Brady, devoraron las pulgadas que separaban al equipo de los alrededores de Boston a la gloria, confirmada por Edelman en el 28-24 para los Patriots, obligando a un
touchdown de sus contrincantes. Devolviendo la presión.
Un
touchdown que no llegó, pese a la emocionante conclusión que contó con una circense atajada de Kearse, incluyendo un inverosímil malabarismo a sólo cinco yardas, anticipando lo que parecía la muerte de los Pats pero que derivó en la acción defensiva de la temporada con la aparición de Butler para abortar un postrimero pase de Wilson que se quedó en el limbo. Extraña decisión para un primer
down donde había espacio para correr y para agotar los tres intentos. Sonrisas y lágrimas en un final digno del mejor guión de Hollywood.