lunes, 7 de abril de 2025

El rock es más hermoso con Lenny Kravitz al frente

 Dicen que las personas atractivas lo tienen todo más fácil en la vida. Lenny Kravitz es uno de ellos. Un músico que ha superado modas, épocas y tendencias. Él ha triunfado como solista en el mundo del rock. Algo no muy habitual, como tampoco es muy habitual por su raza, como él mismo afirmaba en 2023: “He sido ese sueño y ejemplo de lo que puede hacer un artista negro. No estoy aquí por los elogios. Estoy aquí por la experiencia".

Al final la experiencia y los elogios le han llevado a enamorar y engatusar a distintas generaciones. Porque además de buen músico, tiene carisma y magnetismo, tan importante en este mundo actual donde la imagen vende mucho. De hecho, suyo fue el espectáculo musical en el previo de la final de la Champions entre el Borussia Dortmund y el Real Madrid en 2024. Y es que si hubiera un título entre las estrellas individuales del rock, estaría jugando la final porque es casi el último solista del rock, donde prima lo colectivo.

El artista neoyorquino tiene 60 años pero podría pasar por un cuarentón, hasta en este apartado ha sido agraciado con el don de parecer eternamente joven. Heredero de Prince, bebe musicalmente de muchas y variadas influencias, jazz y blues, rock y soul. Suma 12 discos e innumerables giras que arrancaron en 1990. Es multiinstrumentista y fotógrafo, también actor y reclamo publicitario. Un hombre del renacimiento en pleno siglo XXI al que parece que nada se le dé mal.


Lenny Kravitz + Estrella Morente en el Movistar Arena de Madrid, 6 de abril de 2025

La gente se acostumbra a los nombres, por extraños que parezcan, y cuesta sacarlos de sus cabezas. Por mucho tiempo que pase habrá gente que llamará Wanda al Metropolitano y Wizink al Movistar Arena, aunque el patrocinador haya cambiado. El imaginario colectivo es así de sorprendente. Pese a ser domingo, un día para ver la tarde pasar desde una ventana, el público se desprendió de su pijama y se desplazó al Palacio de los Deportes para ver y escuchar a Estrella Morente y después a Leonard Albert Kravitz, en ese orden.

Estrella Morente, hija del cantaor Enrique Morente y de la bailaora Aurora Carbonell, lleva el arte y Andalucía en las venas. Lenny Kravitz es fan de la granadina. Su show fue corto, apenas de 25 minutos, y amenizado por la aparición de la bailaora Belén López. Una explosión artística visual y sonora.

Si variopinto era el público, en gran parte femenino, variopinto iba a ser el repertorio del norteamericano, quien tocó buena parte de su discografía y mostró lo versátil que es. Empezando por ese Brig It On que rezuma a Led Zeppelin por los cuatro costados, siguiendo con el guitarreo más ecléctico de Minister Of Rock 'n Roll o el funky popero de TK421, con reminiscencias a los desparecidos australianos INXS. Pronto llegó uno de sus grandes temas, de Lenny, con ese Always On The Run que te invita a vibrar, saltar y cantar, todo ello bajo el sello de calidad del guitarrista Slash, coautor de este sencillo.

Cuatro canciones y se podía decir que ya todo el pabellón estaba a sus pies, pero no nos engañemos, ya se habían rendido desde el primer instante, y más si no paraba de sonreír, de contornearse o de chapurrear español. Todo a la vez y en todas partes. Con esa chulería que tiene, haciendo abanicar a más de una persona, aunque no hiciera calor, porque este señor provoca cambios de temperaturas.

Posiblemente Believe tiene el cambio de ritmo más espectacular de la discografía de Lenny Kravitz. Un desenlace épico para un tema que le vuelve a acercar a Prince, el espejo al que muchos quisieron reflejar, aunque cada uno tuviera su rumbo.

Porque Stillness Of Heart y Believe funcionan genial solapadas. Son medio tiempos con almas de balada, con estribillos muy reconocibles y sensuales. Un adjetivo que encaja perfectamente en este estadounidense sexagenario que parece que se haya quedado en la década de los cuarenta tras encontrar el elixir de la juventud.

Volviendo al concierto, Honey, perteneciente al último disco, es puro soul y parece rescatado del pasado, mientras que Paralyzed es psicodelia absoluta. Low bajaba una imaginaria bola de discoteca y The Chamber ponía el toque canalla a la escena. Todo bajo la atenta mirada de Lenny, quien asistía como maestro de ceremonias, reflejándose todo en sus perennes gafas de sol. Faltaba la certera cámara de Oliver Stone o de Francis Ford Coppola inmortalizándolo todo.

La espera para los más grandes éxitos había llegado a su fin. El piano de I'll Be Waiting lo atestiguaba. Es una canción tremendamente elegante. Al igual que It Ain't Over 'Til It's Over, solo que esta es incluso más bailable, de las que te pueden servir como último suspiro en un local para que las parejas dancen pegadas. 

Again seguía dejándonos con un buen sabor en la boca: dulce y acaramelado. American Woman, que pese a ser una versión, reivindicaba el hueco todavía para las guitarras, que ya comenzaban a volar con el Fly Away, otro de esos temas explotados con las campañas publicitarias, en este caso del Peugeot 206.

Y es que el señor Kravitz siempre ha sido un gran reclamo comercial. Are You Gonna Go My Way huele a perfume - concretamente a YSL- y sabe a última copa en un bar: es todo energía y ritmo reinando en el ambiente. Pero no solo él, sino toda la banda con la que ya suman muchos años de carretera, destacando a su guitarrista Graig Ross y la baterista Cindy Blackman.

Algo más pausado, pero igualmente icónico, es el Let Love Rule, que se alargaba como la noche madrileña, mientras Lenny se desplazaba por todos los rincones del pabellón sorprendiendo como si fuera el tren de la bruja, incluso llegando hasta el graderío hasta abrazar a los oscarizados actores Javier Bardem y Penélope Cruz, para después continuar con esta liturgia musical tan sexy como su cantante, quien no deja de expandir su amor por el aire allá donde pase. Y es que la arruga es bella también en el rock.

sábado, 15 de marzo de 2025

Medina Azahara: "¡Eh, Medina! Así no se termina"

 El grupo de rock madrileño Los Módulos cantaba a finales de los 60 Todo tiene su fin, un tema que poco a poco se convirtió en habitual en el repertorio de los cordobeses Medina Azahara. Una canción que encaja a la perfección en este 2025, año en el que Medina Azahara ha decidido poner fin a su carrera tras 45 años y más de 4.000 conciertos a sus espaldas. 

Ese rock sinfónico fusionado con elementos más propios de su tierra, Andalucía, es una influencia de los sevillanos Triana, uno de sus grandes referentes, y a los que homenajearon recientemente en otra gira de 2023. 

Con el paso del tiempo, Medina Azahara ha creado un sonido propio, a veces más popero, otras más roquero o progresivo, a lo Deep Purple, y en otras ocasiones buceando en las raíces andalusíes y marroquíes, como con 'Arabe' (1995) y 'Tánger' (1998), pero siempre manteniendo su esencia y mirando a sus orígenes.

Hace mucho tiempo que Medina Azahara se convirtió propiamente en un referente para el público. Un grupo alejado de los focos mediáticos en España, pero con suficiente luz como para brillar en el panorama musical internacional.

 


 Medina Azahara en el Teatro Eslava de Madrid, 14 de marzo de 2025

Medina Azahara, cuyo nombre se debe a los preciosos restos arqueológicos a las afueras de la bella Córdoba de lo que fue la ciudad que mandó construir en el siglo X el califa Abderramán III, ofrecía en el coqueto Teatro Eslava el primero de sus tres conciertos de despedida en la Comunidad de Madrid, una región también muy vinculada a los cordobeses, especialmente por su célebre concierto en Leganés en 1990, convertido en un exitoso álbum en directo, o por su contrato con la discográfica madrileña Avispa.

Condensar 45 años en un concierto es difícil. Y más sabiendo que es la última gira, por ello muchos temas asomaban como un popurrí, ¡qué bonita palabra!, enlazada con otros cortes. Arrancaron con Paseando por la mezquita, tan evocadora y misteriosa como siempre, para ir desgranando años y discos. Junto a Lucía, Niños, Danza al viento... Las canciones se agolpaban a ritmo de palmas y de un sinfín de coros entre el público que brotaban como flores en la primavera.

Medina Azahara en Madrid, 2025
 

Los tres pilares de la formación son Manuel Martínez (voz), Paco Ventura (guitarra) y Manuel Ibañez (teclados), tres iconos del rock español en su categoría. Poetas de nuestros tiempos capaces de generar melodías eternas. Favorita de un sultán dejaba aroma a azahar, justo antes de habernos enamorado con Solos tú y yo y Tu mirada, que se cruzaban con más clásicos del grupo califal.

Córdoba era presentada como merece, con majestuosidad, haciendo hincapié en el reconocimiento público que supuso en su momento el disco 'Aixa' (2003). Un tributo a su ciudad natal que sigue emocionando cada vez que suena y resuena.

Hablando de emociones, Solo y sin ti fue el homenaje a Manuel Ángel Mart, líder del grupo Estirpe e hijo de Manuel Martínez. Imposible contener las lágrimas tras su prematura marcha. Imposible contener las lágrimas al ver a su padre contemplar las imágenes que aparecían en la pantalla. Era una noche para saltar, vivir, disfrutar... y también llorar.


Velocidad hacía rápidamente cambiar de registro y dejarnos atrapar por su ritmo. Necesito respirar animó al más indeciso e hizo cantar al más vergonzoso. Si es que había algún indeciso o tímido en la sala, porque A toda esa gente que ha crecido escuchando a Medina Azahara sabía que hoy era el último día, la última canción de estos colosos.

Todo tiene su fin era cantado a capela. Con este elocuente tema, el grupo cordobés se despedía de la primera de sus tres noches en Madrid, para algunos, la última de su vida, mientras todavía resonaba en en sus cabezas aquello de "¡Eh, Medina! Así no se termina", pero sí, ha terminado porque todo tiene su fin.

jueves, 6 de marzo de 2025

Geoff Tate sigue repasando su época con Queensrÿche

 El cantante norteamericano, de origen alemán, Geoff Tate sigue exprimiendo su legado como cantante de la formación estadounidense Queensrÿche. Y no es para menos, su gran voz y unos brillantes discos convirtieron a la banda en una referencia habitual no solo del rock progresivo, sino de la música en general a finales del siglo XX, especialmente gracias a la popularidad que tenían algunos de sus vídeos en la MTV.

El 2012 la marcha de Tate de Queensrÿche, debido a desavenencias por temas económicos, dejó al grupo sin vocalista y al cantante sin grupo. Daños colaterales difíciles de reparar, porque al final se puede reemplazar cualquier miembro de una banda, pero si el que ocupaba el micrófono era una de las voces más privilegiadas, el proyecto se queda cojo, por mucho que sigan actuando bajo el mismo nombre.

Tampoco es que haya salido fortalecido Geoff Tate. En una época donde el rock ya no llena estadios ni vacía estanterías de discos, la fórmula es tirar de la nostalgia y esperar que tus antiguos seguidores sigan queriendo acompañarte en este viaje por los recuerdos del pasado. Y en eso consisten sus últimas giras.

Tate ya visitó recientemente Madrid en 2023 para repasar el 'Rage For Order' (1986) y el 'Empire' (1990) en su totalidad. Ahora repetía local y patrón. Tirar de antiguos álbumes de Queensrÿche y desempolvar viejas canciones. Vivir de las rentas sonoras. Nadie le va a criticar por ello. Es más, es lo que sus seguidores están esperando.

Geoff Tate + Ivory Lake en la Sala Changó de Madrid, 5 de marzo de 2025

A la hora pactada, salió Ivory Lake al escenario, el mismo telonero que en 2023 y sin la compañía de su formación, por lo que tuvo que tirar de guitarra española y de su voz para volver a deleitarnos con un sincero acústico. Una complicada tarea de la que salió muy airoso.

Con un nombre tan rimbombante como 'The Big Rock Show Tour 2025' arrancaba este tour en el que ya no se centra solo en dos discos, sino que abarca más discografía, al menos la que vivió Tate al frente de Queensrÿche, pese a ello, empezaban con Empire, como queriendo tender un puente desde su anterior actuación, para seguir después con temas más arriesgados, como Desert Dance, perteneciente al 'Tribe' (2003), el cual gozó de escasa popularidad en su momento. 

 

La ruta se recalculaba con I Am I,  donde se nota que viene de los 90 y que al ser de Seattle beben algo de esa vertiente 'grunge' más oscura que practicaban Alice In Chains o Soundgarden. Para cambiar el registro, Tate sacaba el saxofón para acompañar a The Thin Line. El sexteto disfrutaba y hacía disfrutar, pese a que usaran recursos grabados en algunos temas, quitando algo de directo al propio directo.

Los saltos entre etapas se sucedían, como si la máquina del tiempo se hubiera vuelto loca y alternara años, todo para llegar a la parte central, a la cota de la montaña, donde Operation: Mindcrime, Breaking The Silence y I Don't Believe In Love ofrecían las mejores vistas posibles. Alpe d'Huez, Galibier y el Tourmalet en partitura. Tres grandes clásicos.

El tramo final recuperó ese toque de concierto en el que repasar grandes éxitos, grandes con mayúscula. Porque Walk In The Shadows es tan elegante como Tate, es un traje de palabras para él, y Another Rainy Night tiene aroma a balada potente que suena en la radio de un coche en mitad de la noche, idónea para saborearla con tranquilidad. 

 

Geoff Tate, Madrid, Queensrÿche,

Pero no se quedaban ahí, porque Jet City Woman recordaba los amores perdidos y a la propia Seattle, y Silent Lucidity obligaba a cada uno a abrazar y ser abrazados para contemplar una de los mejores temas de la historia del rock. Balada con mayúsculas, de las que tenían la marca en la cinta VHS de tanto parar y escuchar, de dejarse llevar y ser encontrado. 

En un mundo actual donde el éxito se mide en reproducciones de Youtube, 70 millones de ocasiones en las que se ha reproducido Silent Lucidity hasta parecen pocas.

 Y todo podría haber terminado aquí, pero Tate, con ese aire de mago, tenía que sorprendernos con algún número especial, algún conejo más que podría salir de su chistera. La versión de Welcome To The Machine de Pink Floyd se colaba en este número final donde Take Hold Of The Flame hacía gritar a toda la Sala Changó. 

El fin de fiesta lo ofrecía el habitual Queen Of The Reich, para recalcar que Geoff Tate fue parte de Queensrÿche y que Queensrÿche no se entiende sin Geoff Tate, aunque ya hace muchos años que se separaran sus caminos.

martes, 4 de marzo de 2025

Skin desata la tormenta perfecta con Skunk Anansie

 Si hay que volver, que sea con estilo. Eso mismo debió de pensar el grupo británico Skunk Anansie, que había triunfado con tres discos a finales de los 90, cuando regresaron en 2009 para firmar otros tres álbumes, con un nivel igual de alto que en su anterior etapa.

Encuadrados con la etiqueta de britrock, Skunk Anansie siempre ha mantenido su denominación de origen propia, tanto por la estética, el origen de sus miembros y por el impacto visual de sus directos. Musicalmente poseen una destreza innata con los cambios de ritmo y una habilidad para dar presencia al bajo, cortesía de Richard "Cass" Lewis, otro genio en las bambalinas.

Otro secreto de la formación es haber mantenido a sus miembros originales, lo que da mucha complicidad musical y una colección de extraordinarias canciones que en la voz de Skin se engrandecen algún más. Si a eso le sumas su carisma y explosividad, ya tienes lo que significa Skunk Anansie en el rock.

Tras casi una década sin estrenar un nuevo trabajo, el cuartero volvía a los escenarios en este 2025 con 'The Painful Truth' casi a punto de salir del horno.

 
Skunk Anansie + So Good en la Sala But de Madrid, 3 de marzo de 2025

Si Skunk Anansie es un terremoto, So Good, los teloneros de esta noche, son los primeros temblores. Se trata de un quinteto formado por tres mujeres al micrófono y solo un instrumento de cuerda, además de la batería. Sonido y estética muy urbana para un grupo muy joven y reivindicativo. Un punto en lo que coinciden con Skunk Anansie, quienes nunca han considerado tabú hablar de la libertad sexual, de la religión o el racismo.

Con algo de retraso, Skunk Anansie tocaba los primeros acordes de This Mean War. Un inicio eléctrico para ese torbellino llamado Skin. Y es que el repertorio proponía temazos en su primer tramo, como si fuera un cocido maragato y empezaran al revés, de más a menos.

Charlie Big Potato, que aparecía en la BSO de la película española 'El Arte de Morir' de 2000, es un corte que resucita a cualquiera, como un coche que va acelerando hasta alcanzar su velocidad más alta para terminar derrapando.  

Skin, Skunk Anansie, Sala Changó, Madrid

El repertorio se asemejaba en este momento a un grandes éxitos, con un repaso exhaustivo de himnos generacionales. Because Of You, que ya se ha convertido en habitual en el setlist, Love Someone Else, I Can Dream, I Believed In You, God Loves Only You, Secretly y Weak. El ritmo se encontraba con la sensibilidad y le tendía la mano.

El punto de inflexión lo marcaba An Artist Is an Artist, adelanto de lo que será un nuevo single, con un estilo más indefinido y menos guitarrero, más innovador y menos en la línea de los antiguos temas. En directo luce más, pero a simple vista no parece que vaya a ser de las más reclamadas en un futuro.

Skin Skunk Anansie Richard Lewis Sala Changó, Madrid

Antes del primer parón, alternaron clásicos, como Twisted (Everyday Hurts) o My Ugly Boy, con nuevas propuestas, lo que rebajaba algo la intensidad del comienzo, aunque Skin se seguía mostrando tan enérgica como de costumbre, no parando de bailar, de sonreír, de engatusar al público, de seducirlo e incluso de caminar por encima de ellos o de lanzarse sobre una infinita piscina de manos que la hacían levitar. Una encantadora de serpientes humanas que caían rendidos ante su voz.

El primer bis vino con Hedonism (Just Because You Feel Good) y Cheers, otro de los cortes de su próximo lanzamiento y que sí huele a futuro nuevo himno de la banda, con un aire tranquilo y sosegado para esta tormenta de verano que empieza a descargar rayos y truenos y que tiene por nombre Skin, la líder de Skunk Anansie. Un grupo que nunca aburre y que siempre tiene algo que decir.

lunes, 10 de febrero de 2025

Los Eagles logran la revancha ante los Chiefs de Mahomes

Philadelphia Eagles se ha impuesto a Kansas City Chiefs con tremenda autoridad por 22-40. Un partido con mucha historia que se ha quedado casi sin historia por la abrumadora primera mitad que han firmado los Eagles, negando a Mahomes cualquier conexión con sus compañeros de equipo, empezando por el también desaparecido Kelce.

De este modo, los de Pensilvania han firmado su revancha al vencer a su último verdugo en una Super Bowl y se llevan su segunda Super Bowl, la primera con el quaterback Jalen Hurts, otro de los grandes vencedores en Nueva Orleans.

LIX Super Bowl
 

¿Trilogía o revancha? Este era el titular periodístico que resumía la previa de la edición LIX de la Super Bowl. Por un lado, Chiefs, el gran dominador de la Conferencia Americana de la NFL en los últimos años, en busca de sumar tres Vinces Lombardi seguidas, un logro nunca conseguido, ante Philadelphia Eagles, su víctima en 2023. Todo ello con la presencia de Andy Reid, extécnico de los Eagles y actual head coach de Kansas City. El morbo y el interés, asegurados.

El Louisiana Superdome de Nueva Orleans, ciudad que por octava vez ha sido sede de esta batalla por el título, siendo el estadio que más ocasiones ha albergado la Superbowl en toda la historia, se vestía con sus mejores galas para recibir el choque entre los Kansas City de Patrick Mahomes, la gran estrella del fútbol americano, contra los Philadelphia del aspirante Jalen Hurts, dos quaterbacks de origen afroamericano que reeditan su duelo en la Super Bowl de 2023.

Todo ello junto al protagonismo de otras figuras como Travis Kielce, cuya popularidad ha aumentado fuera de los terrenos de juego por su noviazgo con la cantante Taylor Swift, o de Saquon Barkley, alejado de los focos y de las excentricidades en su vida privada.

Super Bowl

Chiefs vs. Eagles

Como curiosidad, Kansas City guarda un vínculo español a través de la ciudad de Sevilla. Ambas poblaciones están hermanadas, haciendo que en la capital hispalense cuente con una Avenida como homenaje, y llegando hasta el punto de contar con una Giralda en la población norteamericana. Casualmente, los colores de Kansas City, rojo y amarillo, coinciden con el de la bandera de España.

El segundo detalle es cinematográfico y es que los Eagles tuvieron un papel destacado, tanto por sus camisetas como su idiosincrasia, en la película 'El lado bueno de las cosas' (Silver Linings Playbook), donde Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Robert De Niro son seguidores del conjunto de Filadelfia.

No en vano, era el propio Bradley Cooper el que ha dado la entrada a los Eagles en el estadio.


  • Primer cuarto

El encuentro arrancó con mucho protagonismo por parte de las defensas, especialmente la de los Eagles, anulando momentáneamente a Mahomes, y evidenciando uno de los puntos fuertes del campeón de la Conferencia Nacional.

El ataque también funcionaba. La conexión aérea Hurts - Dotson acercaba un 'touchdown' que acto seguido conseguían los de Filadelfia a base de empuje. Seis puntos más la conversión. El mejor guion posible para el equipo de Pensilvania.   

Con el resultado de 0-7, y mejores sensaciones para los de verde, se cerraba el primer acto.

  • Segundo cuarto

Philadelphia hacía crecer la ventaja con un 'field goal' que incluso tuvo que retrasar cinco yardas su punto de lanzamiento por un dudoso 'false start'. Pese a este contratiempo, tres puntos más se añadían a través de las botas de Jake Elliott. 0-10. 

Las malas noticias para Kansas City no dejaban de amontonarse. Un error de Mahomes, desaparecido en el encuentro y maniatado por su rival, y la siguiente intercepción de Cooper Dejean eran el mejor regalo de cumpleaños para el jugador verde, quien anotaba y elevaba el electrónico al 0-17. Las alarmas ya sonaban en Nueva Orleans para los Chiefs.

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Un vuelo de Baun cortaba otro pase de Mahomes que se perdía en el aire. El posterior ataque concluía con un TD de Brown. 24 puntos para las águilas, quienes destrozaban a los vigentes campeones sin piedad justo antes del descanso.


  • Tercer cuarto

Tras el descanso, donde el rapero Kendrick Lamar robó por unos minutos el protagonismo a los jugadores, reivindicativo y con el actor Samuel L. Jackson como maestro de ceremonias. 

Igual de reivindicativos que Hurts, quien seguía haciendo daño con sus yardas, tantos las lanzadas como las terrestres propias. El 0-27 tras el FG empezaba a ser definitivo, aunque en el otro lado estuviera Mahomes y Kelce, sombras de lo que fueron. 

Smith era el siguiente en depositar el oval en la end zone de su rival. Un resultado que ya rompía cualquier atisbo, si es que lo había, de esperanza en los Chiefs, presos de sus fallos en todas las líneas y niveles, rotos como un castillo de arena que se deshace ante una ola de mar.

La primera, y única, alegría venía con un arriesgado drive donde los campeones lucían orgullo y clase. Mahomes localizaba al rookie Worthy para borrar el cero y dibujar un seis, que no añadía más unidades por un posterior error. Al menos, los Chiefs inauguraban su casillero.

  • Último cuarto

Pero la diferencia entre ambos se distanciaba en otros tres puntos con otro FG de Jake Elliott, haciendo más sangre sobre un rival herido, porque Mahomes, acostumbrado a los récords, tenía uno negativo al sufrir el sexto sack del día.

La pierna de Elliott iba de tres en tres hasta los 40. Los Eagles volaban alto, muy alto, hacia su segunda Super bowl, pese a que el amor propio de Mahomes maquillaba el resultado con ocho puntos a falta de tres minutos. Demasiado tarde. Y pese a una bomba teledirigida que llegaban a buen puerto, pero tarde, porque los confetis ya habían pasado del rojo y amarillo al verde y blanco; y los anillos de Kansas City a Filadelfia.

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